Tortilla de patata (Nueva receta)
La original tortilla de patata tiene de ingredientes: se suelen echar 8 huevos, 1 kg de patatas, luego echar aceite de oliva virgen extra para la fritura, luego una cebolla grande y por último sal al gusto. Hay un montón de tipo de tortillas pero la mía suele ser con pedazitos de jamón ibérico y sin sal, y en vez de dejarla al punto , me gusta menos hecha( un poco cruda la patata).
La ventana de Luismi
LA VENTANA DE LUISMI
9 de octubre de 2016, un paseo hasta Perales de Tajuña
Como
este domingo no pude asistir a la convocatoria de esta ruta y supongo que nadie
escribirá ni una letra, pongo solo las fotos que habéis colgado para que quede
constancia de vuestro esfuerzo. Espero haberlas colocado en orden.
Veo
un regreso al pelotón además del más joven y capacitado Nenaza. Me
alegro por ambos.
No
conozco la ruta, pues esta semana Luismi no la mandó pero veo que pasó por
Perales de Tajuña y el video no lo puedo añadir, demasiado pesado.
2 de octubre de 2016, esos caminos nuevos que también existen
Hacen
falta pocas palabras, muy pocas, para abrir la caja de Pandora y esto es lo que
ocurrió en la ruta del domingo pasada. Nuestro GPS se dio por aludido por mis
palabras de la anterior crónica y diseñó una novedosa ruta con algunos tramos fuera de los caminos tradicionales de los Nenazas.
La
salida a tumba abierta por la carretera del Cristo de Rivas, como siempre cada
uno a su ritmo, para apelotonarnos de nuevo en la rotonda de la 3-M.
Íbamos
en pelotón compacto, a trote cochinero cuando Rafa frena para salirse de la
carretera y entrar en una pequeña senda bajo el viaducto de la R-3, Rulo
que no se había percatado hizo una pirueta tremenda que casi le hace dar con
sus huesos en el asfalto. Controlando la burra sin meterse en la vía sale
intacto del percance.
Así
en fila recorrimos un trecho a la sombra del susodicho para así llegar hasta el
puente de hierro de Mejorada, el cual cruzamos como no lo hacíamos hace mucho
tiempo.
Nada
más cruzar un giro a la izquierda para bajar por una endiablada cuesta, corta
pero solo apta para los más hábiles. Salva eres un máquina y lo sabes.
Siguiendo
la nueva ruta pedaleamos bajo el viaducto del AVE y pasamos cerca de la Laguna
de las Islillas, en Mejorada, donde tomamos una cuestecilla para salir por detrás
del pinar que hay junto a la M-203, esa carretera que se dirige hacia Torrejón
y Alcalá de Henares, para así entrar en la localidad mejoreña por la parte de
atrás.
Recorrimos
unas calles de Mejorada para salir de nuevo al campo muy cerca del cementerio
de la localidad, esa zona ya la conocimos hace mucho tiempo.
Subida
por los campos al este de este pueblo hasta el tramo de autopista de peaje sin
concluir y tomamos dirección hacia Loeches. Una zona un poco echada a perder y
secorra, por la que cruza el arroyo Pantueña que a la vuelta volveríamos a
cruzar en Velilla de San Antonio.
Una
vez en Loeches alguien sugirió el Colombiano, pero no era el día, una subida
demasiado fuerte para el estado de forma de alguno de nosotros. No digo nombres,
que todo se sabe. Así que la decisión fue ir por la M-300 hacia la cuesta de
las piedras por la que pasa el camino hacia otro conocido pueblo, Campo Real.
En
las primeras cuestas alguno pusimos pie a tierra para llegar hasta el primer
rellano, se nota que hemos perdido fuelle. Y en el segundo envite solo Rafa
parece que se hizo con la cuesta y llegó hasta arriba montado, el resto más o
menos distancia pero a pie empujando la bici.
Hasta
llegar a Campo Real, perdí contacto con el grupo o con los grupos, porque
aunque llegué arriba poco después que Luismi y Rulo, no los volví a ver hasta
llegar al citado municipio, donde me esperaba Rafa para acompañarme hasta el
punto de avituallamiento en las lavaderos de Campo Real.
Allí
Josemari se entretenía haciendo fotos y el resto comiendo para recuperar
fuerzas junto a ese gran chorro del que sale un agua fresca de la que algunos
aun se resisten a beber. Yo sin embargo bebo siempre.
Tocaba
vuelta hacia casa y la lógica nos dictaba que haríamos regreso por el camino
pedregoso de siempre pero en sentido contrario. Esa antigua carretera
destrozada que nos lleva de nuevo hacia la M-300.
Una
vez cruzada la carretera, una corta subidita y tocaba improvisar. Se nos
ocurrió ir por un camino desconocido y al final hubo que cruzar un olivar para
salir de nuevo a un camino con firme decente.
Ese
camino nos llevó hasta la R-3, donde en vez de cruzar el puente que teníamos
delante giramos a la derecha circulando paralelos a dicha autopista de peaje
hasta llegar hasta otro camino conocido, el camino del Clavi que baja desde Loeches
a Velilla.
Camino
abajo llegamos hasta el arroyo Pantueña, como dije antes, donde Rafa cruzó por
el agua y el resto por el improvisado puente de madera. Así fue como llegamos
hasta Velilla.
Cruzamos
el pueblo, con talanqueras incluidas y dándole a los pedales directos hasta los
Viveros Don Pedro con solo la subida por la carretera del Cristo por tercera
semana consecutiva, donde cada uno de nuevo dio lo que pudo, juntándonos al
final en el Chapu tras los 46 kilómetros de rigor. A tomarla, ya sabéis.
25 de septiembre de 2016, una ruta de rodaje por el aeropuerto
Por aclamación popular vuelvo
a retomar estas crónicas que abandoné hace algunos meses y que seguro que echabais
en falta, al menos eso decís cuando nos vemos. ¿O no?
La verdad es que lo dejar de
hacerlas fue una mezcla de dejadez, de vaguería e incluso hastío porque las
rutas que hacemos son las mismas y no se varia nada. Tenemos todo el terreno cercano
muy trasteado, ya no quedan casi rincones por conocer en nuestro entorno.
Así hago un nuevo arranque,
no sé si durará mucho, para que queden en la nube esas experiencias de las que
disfrutamos los Nenazas en las mañanas de domingo.
A esta ruta no se
presentaron los más duros, esos que si no suben y bajan durante todo el
recorrido no están a gusto. Así que era el momento y el día propicio para hacer
una de las planas de rodaje y que mejor que lanzarnos Cristo de Rivas abajo hacia San Fernando
de Henares.
Hasta el Puente del Moco alguno
se escapó por delante, a Rulo parece que montar entre semana le da alas, como
el Red Bull.
En el resto de la etapa el
grupo fue más o menos compacto en casi todo momento, unidos y a buen ritmo,
solo interrumpido con alguna breve parada técnica. Así pedaleando a todo gas
llegamos hasta la Vía Pecuaria que discurre junto a las pistas del Aeropuerto
Adolfo Suarez.
La primera parada y breve la
hicimos donde siempre, junto a esos grandes pinos que hay después de cruzar bajo
la M-111. Descarga de líquidos y p’alante que quedaba un rato.
En la zona de pistas Chema hizo una espera, quería grabar el
despegue de un avión. Como salían muy seguidos el trabajo se hizo rápido.
Al llegar a la cabecera de
pistas no teníamos claro dónde ir, surgiendo la idea de seguir río arriba en
vez de acercarnos a Alcobendas. No era mala idea y como ya lo hicimos en otra
ocasión, el camino no era desconocido.
Llegamos hasta la carretera
que une la N-I con Algete, la M-100, sin tener claro si seguir un poco más o
parar. Pero ahí que como había un McDonalds, se nos ocurrió hacer parada y
fonda en este lugar.
Luismi y yo tuvimos una idea, ya que había que echar algo al estomago era buena idea jalarse una hamburguesa de un euro y así meterle proteínas al cuerpo. Así lo hicimos ante la incredulidad del resto.
Una vez concluida la parada,
tocaba camino de vuelta. Cuesta abajo Luismi, que los ríos siempre discurren en
sentido descendente aunque no lo parezca.
El camino de vuelta sin
tregua alguna, con el pelotón de nuevo compacto en todo momento y con una velocidad
media de las que te van agotando poco a poco.
Hasta la rotonda de San
Fernando llegó el pelotón como no podía ser de otra forma, pero ahí viene donde
la matan. La subida del Cristo de Rivas era la única chincheta de la etapa y una criba que sienta mal a los menos
preparados. Aunque si hay que sufrir, se sufre.
El final tras los casi 61 kilómetros recorridos en el Chapu, donde como siempre brindamos por los ausentes y recuperamos los líquidos perdidos.
Ahí vuelve a quedar eso,
NENAZAS.
5 de julio de 2015, preparando la Škoda Gran Fondo Buitrago
Se nos planteó la increíble
idea de hacer nuestra comida de confraternización anual en la serranía
madrileña. Para ello la idea era hacernos una ruta por la sierra para después
juntarnos en un restaurante para hacer una buena degustación de las delicias de
la sierra de Madrid.
Además, como unos pocos
miembros del pelotón se han apuntado a una jornada de ciclismo de montaña en
Buitrago del Lozoya que mejor sitio que juntarnos que por esas tierras del norte
madrileño y así hacer de conejillos de indias de lo que les va a tocar hacer a varios
de nuestros compañeros después del verano.
El 12 de septiembre se celebra la primera edición de la Škoda Gran Fondo Buitrago MTB by Trek, una
marcha cicloturista en mountain bike que nace con la vocación de convertirse en
una cita de referencia en el calendario nacional.
GPS acompañado de Rafita hizo dos viajes esa misma semana, una tarde para revisar los primeros kilómetros y la mañana del sábado, el día de antes, donde hizo el resto. ¡Qué huevos tienes!
Ni corto ni perezoso nos
liamos la manta a la cabeza un pelotón de 7 Nenazas y para allá nos fuimos.
De Rivas salimos 6 de
nosotros montados en varios vehículos poco después de las 7 de la mañana, al
que madruga alguien le ayuda. Hubo que levantarse un tanto pronto pues en la
sierra nos esperaba Jokin, que pasaba la noche muy cerca de nuestro punto de
salida.
Del viaje poco que contar
pues la caravana de coches iba haciendo la goma ya que GPS se nos escapaba y
hacia esperas jugando con las luces. Pa que jugar tan temprano.
Llegamos a Buitrago más o
menos a las 8 de la mañana, y allí como un clavo nos esperaba Jokin que había
hecho ya unos pocos kilómetros cuesta abajo hasta el aparcamiento.
No tardamos mucho en salir
puesto que a las 8:15 el pelotón partía en dirección a una montañas muy altas
que nos esperaban.
Antes de la salida
Fotos: Jokin
Antes de la salida
Fotos: Jokin
El primer tramo transcurre
por una zona de fresnos y arroyos donde tuvimos que echar pie a tierra unas
cuantas veces como ya nos había advertido GPS. Hay que cruzar unos arroyos
pedregosos y no hay otra manera que ponerse a andar con la bici a hombros para
dejar atrás las zonas más infames del recorrido.
Una pérdida de los más rápidos
del pelotón, Jokin y el Hombre Volador, que se salieron de la ruta por
listillos y tuvimos que esperar a que volvieran.
Una vez cruzados los
pedregosos escollos, ya en vía pecuaria, recorrimos unas bonitas dehesas llenas
de moruchas hasta que llegamos a San Mamés.
Todo el pelotón
Fotos: Jokin y Josemari
Todo el pelotón
Fotos: Jokin y Josemari
Allí nuestra primera parada,
pues una fuente en una de las calles del pueblo nos venía muy bien para refrescarnos
y llenar a tope nuestros recipientes. Aunque alguno también aprovechó y metió
la cabeza debajo del grifo para además de beber mojarse un poco.
Bebiendo en la fuente de San Mamés
Foto: Jokin
Bebiendo en la fuente de San Mamés
Foto: Jokin
Era la hora de la verdad,
donde empezaba lo duro, delante de nosotros la ladera de la sierra en todo su
esplendor.
En las primeras cuestas
coincidimos con otros locos como nosotros, un par de ciclistas que iban a su
aire y otro que se unió a nuestro pelotón y completaría el resto de la etapa
con nosotros.
Una parada en el límite con
el bosque de pinos junto a una casa forestal, donde llegamos goteando según las
fuerzas de cada uno pero sufriendo ya como cabrones. Y eso que eran las
primeras rampas.
Entrando en el pinar
Fotos: Josemari
Entrando en el pinar
Fotos: Josemari
Siempre a nuestra izquierda
el arroyo del Chorro, con la Chorrera de San Mamés a la vista, una pequeña
cascada lanzando agua hacia el valle del Lozoya. Con una altura por encima de
los treinta metros, se despeña al pie de la ladera del Lomo Gordo, de 2.075
metros, el último de los picos por encima de los dos mil del lado oriental de
los Montes Carpetanos. La cascada forma el accidente más destacable de la
amplia vertiente sur de esta montaña y es visible desde kilómetros de
distancia. Una maravilla.
Embalse de Riosequillo al fondo, Valle del Lozoya
Fotos: Jokin y Rulo
Embalse de Riosequillo al fondo, Valle del Lozoya
Fotos: Jokin y Rulo
Nos quedaban aun muchas empinadas
cuestas, los más finos por delante en plan campeón y los más lentos sufriendo
como pocas veces a trote cochinero cuesta arriba.
Subiendo cuestasFotos: Jokin
He de decir que tuvimos que
echar pie a tierra en unas cuantas ocasiones, no es para menos, la inclinación
está fuera del alcance de algunos de nosotros y no quedaba más remedio que
empujar cuesta arriba sin reparos.
Subir, subir y subir. Hasta que
en un cruce había una nueva reunión, había que descansar que todavía quedaban
unos cuantos kilómetros hacia arriba.
Allí GPS nos comentó que la
subida sería suave a partir de ese momento, pero la verdad es que tuvo mala
memoria sin intención y aún nos quedaban unas cuantas cuestas por delante, la
verdad que menos empinadas pero cuestas.
En todo el medio del pinar
llegamos a una zona con un cortafuegos, alguno lo intentó subir en plan machote
subido en su máquina pero creo recordar que todos hicimos o todo el cortafuegos
o al menos una buena parte empujando a pie por la empinada rampa.
Ahí una nueva pista, ya estábamos
arriba y habíamos llegado a la Horizontal de Somosierra, un camino de unos 49
kilómetros que transcurre por la vertiente meridional de la sierra entre el
Puerto de Somosierra y el Puerto de Navafría. Nosotros accedimos a él por la
mitad más o menos.
De nuevo el grupo se
desmembró, con los más fuertes por delante, GPS guiando a los de atrás haciendo
la goma, yo por el medio y a la cola del pelotón Rulo y Elevator.
Unos kilómetros más adelante
GPS hizo espera en una maravillosa fuente con un estupendo pilón, los de delante
ni la vieron y se la pasaron. Es que vais como locas. Pero allí nos juntamos
los cuatro y repusimos fuerzas y sobre todo líquido. El agua fresca es lo que mejor
sienta en esas ocasiones.
En la fuente
Foto: Rulo
En la fuente
Foto: Rulo
De nuevo GPS tiró por
delante dejando al terceto perseguido por atrás, yo volví a quedarme solo al no
poder seguirle y mis compañeros quedaron por detrás.
Unos kilómetros después GPS
estaba junto al camino para anunciarnos que merecía la pena subir por una
pradera a la izquierda de éste y desde allí disfrutar del paisaje. Es el Puerto
de la Linera (1.825 m.s.n.m.)
La verdad es que GPS volvía
a tener toda la razón, las vistas hacia la provincia de Segovia era totalmente
espectaculares. La temperatura muy buena, con un viento que hacía que la
sensación térmica fuera muy agradable.
En el Puerto de la LineraFotos; Jokin y Josemari
Pudimos distinguir al fondo el casco urbano de Pedraza, famoso por su lechazo y más cerca algunos otros pueblos que posteriormente he visto que son Matabuena, Gallegos y alguno más que no recuerdo.
Pero tocaba seguir y en este
caso bajar. El camino hacia Villavieja del Lozoya se las trae, tiene unas
rampas de escándalo con el suelo suelto y lleno de piedras. Para la mayoría del
pelotón un tramo más del camino pero para mí y para Rulo un mal trago.
Nuestro respeto a las
bajadas empinadas no nos dejó bajar todo el tiempo sobre la bici, tuvimos que
echar pie a tierra en 4 o 5 ocasiones, es lo que hay. Y el resto del grupo
esperando en algunos puntos para que no quedáramos rezagados.
Pronto llegamos a una parte
con menos desnivel, cruzando la antigua línea del ferrocarril y al poco llegando
al municipio de Villavieja del Lozoya. Precioso recorrido entre robles de
nuevo.
Una vez en Villavieja, como
la hora de la comida se nos echaba encima, nos salimos del recorrido. En vez de
ir de este pueblo hacia San Mamés y hacer el camino de vuelta por donde subimos
por la mañana, tomamos la carretera hacia Buitrago directamente para llegar más
rápido.
Recorrido y perfil de la ruta
Imagen Wikiloc
Recorrido y perfil de la ruta
Imagen Wikiloc
Nuestro periplo acabo en el
aparcamiento de donde salimos por la mañana, cansados como perros pero felices
como perdices. Habíamos completado la ruta y por fin era el final.
Al final llegamosFoto: Jokin
Nos quedaba lo mejor del
día, la comida. Pasamos por la casa del suegro de Jokin, donde dejamos parte
del parque móvil y nos fuimos al pueblo de La Acebeda. Allí tocaba el aseo en
el lavadero municipal y maquearnos un poco para ir a la comida.
Aseo en el lavadero
Fotos: Rulo
Aseo en el lavadero
Fotos: Rulo
De la comida decir que espectacular,
todo buenísimo para no olvidar. Los judiones, el rabo de toro, los entrecots y
como no el lechazo al horno del que disfrutamos hasta rabiar.
La comida
Fotos: Avispa y Josemari
Fotos: Avispa y Josemari
Gran jornada de ciclismo de
montaña de verdad, manjares de lujo en la comida, cerecitas fresquitas y todo
ello regado por buen vino.
¡Qué más se puede pedir!
Los valientes participantes
fuimos:
Rafa GPS, Jokin, Josemari el
Hombre Volador, Luismi Avispa, Rulo, Javi Elevator y Marqués, el que os
escribe.
Antes de comer
Foto: Avispa
Antes de comer
Foto: Avispa
Hasta la próxima compañeros.
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