25 de agosto de 2012, GPS en una ruta serrana

GPS nos envía unas instantáneas del sábado 25 de agosto, en su ruta en solitario por el Camino del Calvario, Puerto de Navacerrada,  Bola del Mundo, Camino Schmid y  la Fuenfría.

Disfrutar con las imágenes serranas.

Fotos: GPS

26 de agosto de 2012, por las lomas argandeñas y otros caminos del sureste

Como se comentaba en un correo electrónico, el sábado entorno a las 3 de la tarde se juntaron los pesos pesados presentes en la piscina de la manzana 8 de Covibar 2.

Además, de convocar la etapa, se estuvo debatiendo las posibilidades distintas de etapa, aunque luego GPS que suele llevar la voz cantante, es el que decide por donde vamos y a tomar por culo.

Salimos entorno a las 8:40 h. con un ambiente todavía fresquito, las temperaturas mañaneras habían sido más respetuosas con los habitantes de Rivas, con dirección a los caminos y lomas argandeñas, tal y como había propuesto Jokin.

La salida y a pesar del run run general de los presentes por los cortados, aunque antes de llegar al vértice geodésico situado sobre los cortados encima de la Finca de El Piul, tomamos un camino a la derecha, ya usado alguna que otra vez aunque alguna variante no conocidas por el pelotón. Tan desconocidas que al pasar tras unos pisos del final de las calles de Rivas, una empinada cuesta a modo de pared se disponía frente al grupo, como dificultad de la jornada nada más comenzar. Es de comentar que de los 7 arriesgados ciclistas dos no llegaron sobre la bici hasta arriba ante el estupor y algarabía general, el que escribe llegó sin bajarse. Muy emotivo.

Para llegar hasta la laguna de El Campillo quedaba la empinada y destrozada cuesta con cadena, que la mayor parte del grupo esquivó astutamente y alguno se tuvo que bajar de la bici para evitar los acusados surcos más profundos tras una tormenta de agua y granizo en este verano.

La continuación, como no iba a ser menos, por la carretera de Chinchón y el Vaáamono. Aunque, como se decía al principio a instancias del Holandés, esta vez tocaba la subida por los Cerros Concejiles. Cuanto te gusta esa subida, Jokin.

Subiendo los Cerros Concejiles 
Fotos: Holandés

Mal que bien llegamos todos arriba, e hicimos recorrido turístico por todos los caminos posibles antes de bajar para cruzar la vía verde a Morata. Ahí nos sorprendió de nuevo GPS, pues nos calzó una nueva subidita con más piedras que el copón, donde de nuevo alguno tuvo que poner pie a tierra. No penséis mal, de nuevo no fui yo.

Subiendo la cuestecita empinada y llenita de piedras 
Fotos: Holandés

El destino era el Parque de la Dehesa del Carrascal en Arganda, con una preciosa subida siempre rodeados de estupendos Quejigos, Encinas y Carrascas. Incluso con una caída de Elevator, que le patinó una rueda y se fue al suelo, sin importancia. Arriba tocaba el descanso del platanito, las risas y alguna foto.

Pelotón de la jornada 
Foto: Marqués

La duda era por donde realizar la vuelta hacia casa, y tras varias propuestas, de nuevo y como tantas y tantas veces, decidió GPS dirigiendo al grupo hacia el Rock in Rio. Una primera parada junto al Cementerio de mascotas llamado El Último Parque, buscando una fuente donde rellenar los bidones con agua. Mal sitio, no disponen de agua corriente.

En el cementerio de mascotas el Último Parque 
Fotos: Marqués

Muy pronto la ruta pasó junto a la valla norte del Rock in Río, que cerca está todo, aunque esta vez sin parada en la puerta, y continuó adelante en busca de las canteras de Morata. Rodeando por todos los caminos conocidos las zonas de explotación para de nuevo llegar hasta la parte más alta del camino Vaáamono.

La bajada como siempre estiró al pelotón, llegando en grupos hasta la fuente del pueblo de Rivas, donde tuvo lugar la última neutralización.

Un corto reposo y para arriba todos juntos, no recuerdo subir todo el pelotón por las calles de Rivas desde hace muchísimo tiempo. Aunque todo duró poco pues al llegar a la avd. de Levante, el grupo se partió en dos, con 4 valientes que subieron por el Miguel Ríos y los otros 3 por la ruta tradicional de avd. de Levante, avd. Pablo Iglesias, calle Jovellanos y todo el resto de callejuelas que nos llevaron hasta el destino final, el Camelot.

Tras unos 55 km concluyó la etapa en el citado bar, donde nos juntamos casi todos para tomar las cerecitas, y discutir amigablemente sobre los cambios de destino final. Hay un poco de hastío y es más que probable que se busque otro punto de finalización de la etapa. Todo se andará.      

19 de agosto de 2012, de fuente en fuente por las lomas de Arganda a Valgrande y Morata de Tajuña

Todavía sigue parte del personal de vacaciones e incluso alguno de los que han regresado ya, permanecen algo despistados o sin ganas de darle al pedal. No va por ti, Jokin.

Para la etapa del domingo se hizo convocatoria a través del móvil de GPS, pero el correo debió ir montado en un caracol porque llegó el domingo por la tarde, dichosa tecnología. Espero que nadie se quedara en tierra esperando recibir noticias.

Además, costó mucho que la gente se animara, parece que en verano los ánimos del pelotón están bajos para casi todos. Y digo casi todos porque Rulo, recién llegado de la playita, parece que le ha sentado muy bien el descanso, ha venido como un toro el jodío. Ya nos darás la receta.

Vayamos al grano, la etapa empezaba entorno a las 8:30 h., con nubes en el cielo, sin un destino prefijado aunque poco a poco se iría teniendo más claro. El principio rodeando el Cerro del Telégrafo, gusta mucho calentar en zona de tierra y no salir directamente por las calles hacia el pueblo de Rivas.

Una vez llegamos a la laguna de El Campillo y tras cruzar bajo la línea del Metro, lo que conocéis todos, la carretera de Chinchón que nos lleva hacia nuestro conocidísimo camino Vaáamono, el más famoso de los campos argandeños.

La subida con el pelotón estirado en dirección hacia la cementera de Morata, aunque esta vez GPS nos modificó la ruta y nos desvió a la derecha, poco antes de llegar arriba, por una rampa empinada de hormigón que se aleja del Vaáamono que te lleva hasta rodear la cementera hasta la gasolinera de la carretera de Chinchón. Es de recordar que antes de subir la rampa hormigonada, GPS animaba a un pequeño pelotón a tirarse por un camino/pedrera que se unía a nuestra rampa por el lado izquierdo del Vaáamono. Solo uno se atrevió a bajar montado y los otros dos no pudieron más que bajar poniendo pie a tierra. Esas trialeras que tanto le gustan a algunos, otros lo odian, claro.

Una vez en la gasolinera, unos instantes o quizás un buen rato, lo pasamos intentando arreglar el cambio de mi bici. El desviador del cambio no estaba contento y no quería hacer las cosas en condiciones, y se salió con la suya, porque GPS no fue capaz de dejarlo en condiciones por mucho empeño que le puso. A tomar por culo y a seguir como fuera.

La continuación por el Camino de la Boca de la Zorra, ese conocido recorrido entre olivares donde GPS colocó los cartelitos ese día de la paella Nenaza y que fueron recogidos en la siguiente etapa, la que nos llevó a Titulcia. Allá por los meses de febrero y marzo.

Una vez llegamos a la vía pecuaria que baja hasta Titulcia, hicimos un pequeño tramo para llegar hasta la parte más alta de la urbanización Valgrande, esa más conocida por Valsuputamadre por sus duras cuestas desde el Tajuña hasta lo más alto.

En la fuente de la urbanización Valgrande 
Fotos: Marques

Allí una corta parada junto a una fuente donde alguno aprovechó para hacer un bocado, otros para rehidratarse e incluso para hacer instantáneas de recuerdo. Pero lo principal, descansar un rato.

Lo siguiente, cuesta abajo por toda la urbanización Valgrande hasta llegar a la carretera que une Morata con Titulcia. Con cuidado Josemari, que los frenos también le daban guerra.
Una vez abajo, recorrimos las vegas del Tajuña aguas arriba, entre huertas y casas de campo. Tal y como hicimos en una etapa a principios de septiembre de 2011. Recordar al Profe intentando comer higos junto a un salto de agua en el río Tajuña. Esta vez es pronto y los higos aun no tiene tamaño ni madurez suficiente, mala suerte.

El descanso del platanito en un parque dentro de Morata, en el mismo sitio que aquella etapa, junto a una fuente sin palanca en el grifo. Donde GPS nos volvió a sorprender con sus dotes de MacGyver solucionando el problema con el multiusos de la bici. Ya solo quedaba la vuelta y lo más corto era subir hasta el helipuerto, para llegar hasta la cementera por la Vía Verde que viene desde Arganda. ¿Que contar que no sepáis?

En la fuente de Morata de Tajuña 
Foto: Marqués

Nos volvimos a juntar, más bien me esperaron, en la parte alta del Vaáamono para realizar la bajada en grupo hasta la carretera de Chinchón, por donde subimos por la mañana. La siguiente parada en la fuente de Rivas, donde el narrador llegaba cuando partía la cabeza del pelotón. Al auxilio Rulo, que pacientemente esperó y subió gran parte de las calles de Rivas a mi lado.

Por delante, GPS se encontró con una ciclista de Mejorada, que quería saber el modo de subir hasta la Ermita del Cristo de Rivas. La acompañó hasta el parque del Cerro para que llegara sin pérdida al lugar que buscaba. Si lees estas letras, estás invitada a una etapa con los Nenazas, cuando quieras.

El final, tras unos 65-67 km de ruta con el cielo cubierto de nubes, menos mal, en el Camelot. Con acopio de una buena cantidad de zumo de cebada, que siempre viene bien para recobrar las energías perdidas. ¿O no?

5 de agosto de 2012, de nuevo la ruta del aeropuerto

Tras la vuelta de las vacaciones de alguno del grupo, tocaba una nueva etapa para no perder el estado de forma más de lo que se deba. La decisión estaba clara, una etapa para estirar las piernas pero sin bajar mucho de kilómetros, que ya habrá tiempo.

De esa forma la etapa a realizar era la senda del aeropuerto, esa que sube Jarama arriba, para llegar a la Muñoza y recorrer la vía pecuaria que circula entre el propio río y las pistas del aeropuerto.

La salida fue convocada  a las 8:30 h., y a ella solo acudieron 3 miembros del pelotón. Al final fue me imposible enviar un correo a Antonio, llegué tarde de mi visita a Madrid y sin posibilidad de enviarlo.

El despegue de los aviones (lo siento no puedo girar el video)

El inicio, como no podía ser de otra forma, bajando por la carretera del Cristo de Rivas en dirección hacia San Fernando de Henares, descartando la sendita que nos regaló GPS el día que recorrimos esos lugares hace unos veinte días.

El recorrido una vez llegado a la vega del Jarama siguió el paseo de los Chopos y esos caminos entre maizales, chabolas, casas, parques y otros lugares de ocio, para llegar hasta el cruce por encima de la carretera de Barcelona.

Nada más cruzar la N-II, y tras recorrer un corto espacio por asfalto, empieza la vía pecuaria en La Muñoza, que no dejamos en ningún momento hasta nuestra vuelta.

El transcurso del recorrido ya es conocido por muchos, alguno queda por hacerlo, ya será en otro momento. Una ruta bastante plana, con una ligera inclinación de subida, casi inapreciable y sobre todo una buena sombra de los árboles de ribera que refresca el recorrido de los ciclistas.

Poco después de cruzar bajo la carretera de Barajas a Paracuellos del Jarama, hicimos una pequeña parada, para hacernos un par de fotos de recuerdo a manos de una viandante rubia muy simpática que paseaba sus perros en compañía de una mujer de más edad, quizás su madre.

Imágenes del pelotón 
Fotos: Una rubia que paseaba por allí 

Tras esa subida de adrenalina tocaba seguir, con muchas paradas en busca de la foto y video con fondo con el despegue de una avión, que costó pero al final se logró.

En el despegue de los aviones 
Fotos: Marqués 

Cruzamos badenes sin agua, el arroyo de las aguas que bajan desde la depuradora de La Moraleja, dos por el agua y uno que sorprendido se bajó y usó los bloques de cemento y el arroyo de la Vega, éste por un puente de hormigón.

Así llegamos hasta el final de las pistas del aeropuerto, sin cruzar la M-50 ni la de peaje que lleva a Alcobendas, haciendo la parada del platanito junto a un transformador eléctrico en la zona situada entre ambas pistas de despegue.

Allí disfrutamos del despegue de varios aviones y de algunas aves rapaces que vuelan por la zona en busca de sustento, con un peligro siempre patente. Vimos Ratoneros, Águilas calzadas, Milanos negros e incluso 3 Buitres negros que cicleaban bajo la línea donde vuelan los aviones en su vuelo a las alturas.

La vuelta un poco menos relajada y con más intensidad de pedalada, aunque para no ser exagerados tampoco para tirar cohetes.

En nuestro camino de vuelta volvimos a cruzar los arroyos, esta vez todos por el agua, sin complejos hasta cruzar de nuevo la carretera de Paracuellos y llegar de nuevo a La Muñoza para hacer el cruce de la N-II camino de nuestra casa.

Clavitelli y Marqués drante la etapa 
Fotos: Ambos

Poco antes de ese cruce, un intento de encerrona a Elevator sin avisarle de una rampa de hormigón junto a la N-II, de la que salió como un campeón entre las risas de sus dos acompañantes.

El final estaba ya cerca, recorriendo de nuevo la misma ruta realizada a la ida, con una corta parada en una fuente para rellenar bidones y afrontar la subida por el Cristo de Rivas.

En ella hubo desbandada, cada uno a su ritmo y con alguno que pago su inactividad con una subida lenta y castigada para acabar nuestro recorrido en el Camelot.

Un buen final para una preciosa ruta de unos 53 kilómetros y poco más de dos horas de duración.

Saludos para los veraneantes y recordar a los que queden en casa que el domingo habrá menos efectivos para la ruta y que alguien debe salir por los caminos del SE. Aunque siempre nos quedará Jokin con sus empinados y duros caminos vascuences para recordarnos lo duro que es este deporte.