Un domingo más y como
siempre los Nenazas se visten de largo y a recorrer caminos, que es lo nuestro.
No hay quien nos pare.
En esta ocasión nos juntamos
un pelotoncillo más que decente, sobre todo para lo que estamos acostumbrados últimamente.
A los cinco magníficos de la jornada se unió el hermano de Gavilán, un máquina.
Salimos por esas conocidas
calles en dirección a la laguna de El Campillo, aunque si no falla la memoria
rodeamos el Cerro del Telégrafo por esa estrecha senda que sale junto a la
barrera del pinar cercana a la avenida Pilar Miró. Si no es así, me falla la
memoria. Cosas de la edad.
Una vez en la laguna nos
quedaba por delante unos pocos kilómetros por la carretera de Chinchón para
desviarnos hacia el Vaáamono, un camino del que no hace falta decir nada más.
Poco transitamos por él
porque enseguida y nada más cruzar bajo la carretera que viene desde Arganda el
pelotón giró a su izquierda para hacer la subida hacia los Concejiles por la
ruta interior, la más suave.
En las rampas más empinadas
el pelotón se estiró, desmembrándose en dos, con tres rezagados por detrás.
Gavilán, que sufriste más de lo acostumbrado.
Casi llegando arriba un
incidente, la rueda delantera del Silbido de Rulo se vino abajo. Después de
desmontarla un pincho de un centímetro de largo se había clavado y el aire no
tuvo más remedio que irse pa fuera. Un rápido cambio de cámara y
a seguir, que el resto del pelotón intranquilo nos esperaba junto a la Vía
Verde de Morata. Impacientes, que ya llegamos.
Seguimos subiendo, en este
caso en dirección a la Dehesa del Carrascal, por esos bellos caminos rodeados
de encinas, coscojas y quejigos, bonitos árboles para un bello lugar.
Arriba nos juntamos de
nuevo, frente a la puerta del parque aunque ahí no tocaba la parada del
platanito. Alguien planteo ir a otro sitio y Marqués sugirió el Telégrafo
Óptico, para allá nos fuimos.
Bajo este edificio y sin el
ventarrón que sufrimos en nuestra última visita, descansamos. Un numeroso
pelotón nos acompañó un buen rato, menos mal así pudimos salir todos en la
foto. El pobre Jokin sale en pocas fotos, solo en las que hace Josemari.
Pelotón en el Telégrafo Óptico de Arganda
Fotos: Jokin
A continuación a bajar en
paralelo a la R-3 hasta llegar al arroyo Valtierra por donde se baja hasta Los
Millares, el barrio de chaletes de Arganda del Rey.
Una vez llegamos a la
carretera M-208, la que une Arganda con Velilla de San Antonio, un corto
trayecto y a salirnos hacia la senda que recorre la ribera del Jarama hacia
Velilla, donde volvimos a separarnos en grupos.
En la laguna junto a Velilla
volvimos a juntarnos para empezar el camino del Jabalí juntos, cosa que duró
poco porque los más tranquilos no podían aguantar el ritmo de los de delante,
es que van como locos.
Recorrimos la ribera del Jarama
de nuevo en dos grupos, estaba claro como quedaba el tema. Cerca de la Ermita
del Cristo de Rivas volvimos a juntarnos
fugazmente, los de delante no iban a bajar el ritmo y los de detrás están ahí
porque no dan para más.
Los de delante cerca de la Ermita del Cristo de Rivas
Fotos: Jokin
Una vez en la carretera
junto a los Viveros Don Pedro solo te queda apretar los dientes y a subir hacia
el Cristo de Rivas. Coches y más coches, mucho cuidado y al tran tran llegamos
a nuestro destino final.
Sorpresa, esta vez no fue el
Chapu que estaba cerrado por vacaciones, tuvimos que cambiar de local e irnos
al bar del Centro Covibar2, que ha cambiado de dueños y nos han dado mejor
cobijo que algún bar de la zona que no queremos ni en pintura.
Que no pare la música,
compañeros.