19 de abril de 2015, dos a la guarnel


Salimos 2, stop, Gavilán y Avispa, stop, a la guarnel, stop, con la lengua fuera tras Gavilán, stop, cervecitas en el Chapu, stop.

Selfie con pelotón
Foto: Gavilán


Y digo yo, salís en invierno con 0ºC y ahora que hace bueno os rajais, vaya con las nenas.

 
Ruta de la jornada
En Wikiloc por Avispa

12 de abril de 2015, recorriendo nuevas rutas por Rivas y Arganda


Un domingo especial, al menos para alguno del pelotón que ya descubriréis después si no sois lo suficiente perspicaces para recordar esas cosas que nos ocurren cada domingo.

Un buen pelotón se presentó a eso de las 9 de la mañana en los Picos de Urbión, grandes jornadas cuando el pelotón es numeroso, y esta no iba a ser menos.

Al mando del pelotón GPS, nuestro guía más avezado, que tenía en mente por donde nos iba a llevar, y cuando pasa eso a temblar.

La salida hacia el Cerro del Telégrafo, por la senda que lo rodea por su derecha y una vez en el camino ancho nos esperaba GPS para llevarnos al infinito y más allá.

Lo siguiente fue recorrer los caminos y sendas estrechas que discurren por la partes alta de los cortados, sobre la Finca de El Piul. Una vez en lo más alto se reunió el pelotón de nuevo porque GPS nos iba a llevar por una senda nuevo, a temblar.

La verdad y para ser realistas, la senda muy bonita, nada complicada y sin piedras, que se agradece. Cuando llegábamos debajo de nuevo a subir, que necesidad para pasar junto al montículo más alto, ese que le llaman la Tarta, bonito sitio.

Y después a bajar cada uno por donde pudo para de nuevo juntarnos en la laguna de El Campillo. Allí nos juntamos con un pelotón numeroso, que venían desde Getafe, pero cada grupo por su lado, y el nuestro era la senda que recorre la orilla del río Jarama hasta llegar a la Poveda.

Atravesamos el polígono de Arganda para llegar hasta el Hospital del Sureste. Esta vez no nos tocaba circular por la Vía Verde, que suele estar llena de gente, y lo que hicimos fue hacerlo por el camino que va por el medio para cruzar luego la Vía Verde y lanzarnos hacia nuestro siguiente punto de encuentro,

El camino hacia por la Dehesa del Carrascal no fue el tradicional, GPS se empeñó de nuevo en sorprendernos y llevarnos por caminos nuevos. El sábado había estado buscando nuevas rutas y teníamos que catarlas. Por un camino muy empinado el pelotón se estiró bastante, llegando hasta lo alto cada uno a su ritmo. El ciclismo es así de duro y así llegamos hasta la Dehesa del Carrascal.

 
















Subiendo cuestas por la Dehesa del Carrascal
Fotos: Jokin


Nos paramos en los bancos del parque, como es tradicional, para hacer reposo, tomar el platanito y retomar resuello. Recibimos la visita de una ardilla, que animalillos tan divertidos.  

Tocaba la vuelta, el pelotón estaba cansado y no había ganas de muchas más cuestas, lanzándonos hacia abajo a todas prisas.

Una parte del pelotón volvió a seguir tras GPS que también tenía preparada la zona nueva en sentido inverso, aunque algunos hicimos mutis por el foro y seguimos hacia abajo en dirección a La Poveda. En ese punto el pelotón se desperdigó y llegamos hasta Rivas cada uno por su lado, las fuerzas de cada uno son diferentes y eso se nota mucho.

 






Ahora bajando cuestas
Fotos: Jokin


El final después de subir por las calles de Rivas de nuevo en el bar del Covibar, más vacío, un trato más directo y un precio un poco mejor.

 
Ruta de la jornada
En Wikiloc por Avispa


Allí tocaba celebración, Avispa que dejó pendiente su cumpleaños y Marqués que el día de antes cambió de dígito. Ambos cumplieron los mismos, medio siglo, pero como dijo el otro, esa es otra historia.

 




La celebración
Fotos: Rulo

5 de abril de 2015, que grandes son las cerros de Arganda

Un domingo más y como siempre los Nenazas se visten de largo y a recorrer caminos, que es lo nuestro. No hay quien nos pare.

En esta ocasión nos juntamos un pelotoncillo más que decente, sobre todo para lo que estamos acostumbrados últimamente. A los cinco magníficos de la jornada se unió el hermano de Gavilán, un máquina.

Salimos por esas conocidas calles en dirección a la laguna de El Campillo, aunque si no falla la memoria rodeamos el Cerro del Telégrafo por esa estrecha senda que sale junto a la barrera del pinar cercana a la avenida Pilar Miró. Si no es así, me falla la memoria. Cosas de la edad.

Una vez en la laguna nos quedaba por delante unos pocos kilómetros por la carretera de Chinchón para desviarnos hacia el Vaáamono, un camino del que no hace falta decir nada más.

Poco transitamos por él porque enseguida y nada más cruzar bajo la carretera que viene desde Arganda el pelotón giró a su izquierda para hacer la subida hacia los Concejiles por la ruta interior, la más suave.

En las rampas más empinadas el pelotón se estiró, desmembrándose en dos, con tres rezagados por detrás. Gavilán, que sufriste más de lo acostumbrado.

Casi llegando arriba un incidente, la rueda delantera del Silbido de Rulo se vino abajo. Después de desmontarla un pincho de un centímetro de largo se había clavado y el aire no tuvo más remedio que irse pa fuera. Un rápido cambio de cámara y a seguir, que el resto del pelotón intranquilo nos esperaba junto a la Vía Verde de Morata. Impacientes, que ya llegamos.

Seguimos subiendo, en este caso en dirección a la Dehesa del Carrascal, por esos bellos caminos rodeados de encinas, coscojas y quejigos, bonitos árboles para un bello lugar.

Arriba nos juntamos de nuevo, frente a la puerta del parque aunque ahí no tocaba la parada del platanito. Alguien planteo ir a otro sitio y Marqués sugirió el Telégrafo Óptico, para allá nos fuimos.

Bajo este edificio y sin el ventarrón que sufrimos en nuestra última visita, descansamos. Un numeroso pelotón nos acompañó un buen rato, menos mal así pudimos salir todos en la foto. El pobre Jokin sale en pocas fotos, solo en las que hace Josemari.





Pelotón en el Telégrafo Óptico de Arganda
Fotos: Jokin


A continuación a bajar en paralelo a la R-3 hasta llegar al arroyo Valtierra por donde se baja hasta Los Millares, el barrio de chaletes de Arganda del Rey.

Una vez llegamos a la carretera M-208, la que une Arganda con Velilla de San Antonio, un corto trayecto y a salirnos hacia la senda que recorre la ribera del Jarama hacia Velilla, donde volvimos a separarnos en grupos.

En la laguna junto a Velilla volvimos a juntarnos para empezar el camino del Jabalí juntos, cosa que duró poco porque los más tranquilos no podían aguantar el ritmo de los de delante, es que van como locos.

Recorrimos la ribera del Jarama de nuevo en dos grupos, estaba claro como quedaba el tema. Cerca de la Ermita del Cristo de Rivas volvimos  a juntarnos fugazmente, los de delante no iban a bajar el ritmo y los de detrás están ahí porque no dan para más.
 




Los de delante cerca de la Ermita del Cristo de Rivas
Fotos: Jokin


Una vez en la carretera junto a los Viveros Don Pedro solo te queda apretar los dientes y a subir hacia el Cristo de Rivas. Coches y más coches, mucho cuidado y al tran tran llegamos a nuestro destino final.

Sorpresa, esta vez no fue el Chapu que estaba cerrado por vacaciones, tuvimos que cambiar de local e irnos al bar del Centro Covibar2, que ha cambiado de dueños y nos han dado mejor cobijo que algún bar de la zona que no queremos ni en pintura.

Que no pare la música, compañeros.

3 de abril de 2015, etapa en solitario de Josemari

Unas fotos que nos manda Josemari de su etapa en solitario el Viernes Santo.

¡Qué grande eres, campeón!


Por los Cantiles de Rivas sobre la Finca de El Piul


Finca cercana a la Dehesa del Carrascal, Arganda del Rey


Burros cerca de la Dehesa del Carrascal


Por la orilla del Río Jarama camino del Puente de Arganda
Fotos: Josemari

29 de marzo de 2015, al Caserio de Gózquez de Arriba y a Vallequillas


En la semana previa al puente de la Semana Santa nos quedamos en cuadro, la mayor parte del pelotón Nenaza hizo pellas y desapareció. Ahí nos quedamos sujetando la bandera Josemari y Marqués dejando el pabellón  bien alto, como no podía ser menos.

Decidimos irnos por tierras que llevábamos tiempo sin visitar, el bajo Jarama. La salida como siempre por las calles casi desiertas de nuestro municipio, hasta cruzar la carretera de Valencia bajo el puente en dirección a las instalaciones de la Escuela de Protección Civil.

Cruzamos el río Manzanares junto a Casa Eulogio para una vez en la otra orilla girar a la izquierda para bordear los cantiles hacia el desprendimiento y la junta de los río Jarama y Manzanares, aguas arriba de la Presa del Rey
 
Desprendimiento
Foto: Josemari


En el desprendimiento con la Presa del Rey al fondo
Foto: Josemari


El aspecto es cada vez más llamativo, la primavera nos trae una plenitud de colores y un paisaje muy atractivo.

La idea era llegar hasta los alrededores de la Warner y después decidir por donde circular con nuestras bicicletas.

Cuando nos íbamos acercando a nuestro siguiente destino se me ocurrió la idea de acercarnos al Caserío de Gózquez de Arriba, un gran caserón por el que una vez pasamos cuando intentamos hacer nuevas rutas.

El motivo, hacerme con un tesorillo de Geocaching situado ahí en medio de la nada al que de otra forma me costaría mucho más. Josemari soportó estoicamente mi deseo y me acompañó en la búsqueda.
 
Muro construido para dificultar la entrada en la finca de Gózquez
Foto: Josemari


El problema fue la aproximación hasta el lugar del escondite, sin pensarlo atravesamos la finca y nos topamos con la valla que nos impedía cruzar al otro lado a menos de 10 metros de nuestro destino. Intentamos buscar la forma de cruzar al otro lado, seguimos por la valla hacia Pinto hasta darnos cuenta que la única manera era cruzar bajo un hueco del vallado y levantar cada bicicleta para llevarlas hasta el otro lado. Así fue como rodamos por los suelos y las bicis volaron sobre el cercado para ir en busca del escondite.
 
Caserío de Gozquez de Arriba
Foto: Josemari


Luego la cosa fue sencilla, meterse por unas escaleras hacia un túnel oscuro y negrísimo hasta llegar al lugar donde estaba escondido el tesoro, iluminado por la luz que entraba por un agujero en el techo de la cavidad.
 
El túnel del Geocaching
Foto: Marqués


Una vez concluidas las labores propias de este juego tocaba seguir adelante y decidir hacia donde se dirigirían nuestras ruedas.

Volvimos hacia la carretera de San Martín, decidiendo que había que darle caña al cuerpo y lanzarnos en pos de una buena cuesta. Estaba claro, ha subir las rampas de Vallequillas para seguir camino hacia zonas más altas.

Atravesamos las huertas del Jarama hasta cruzar el puente sobre el río y plantarnos en la urbanización de Vallequillas.

La subida, como siempre, dura y pedregosa. Paramos donde siempre solemos hacer la parada del platanito. Es un lugar que todos recordáis.

 
Descanso del platanito en Vallequillas
Foto: Josemari


Llegando a la parada del platanito
Foto: Josemari


Después continuamos hacia la Vía Pecuaria, el Restaurante El Alto, la Cementera para hacer bajada por nuestro emblemático camino Vaáamonos.

Ya quedaba poco por hacer que bajarlo, pedalear por la carretera de Chinchón hasta el Puente de Arganda y el pueblo de Rivas.

Para finalizar, las calles del pueblo donde dejar las fuerzas que te quedan siempre pensando que al final espera una terraza donde brindar con unas cerecitas en mano para celebrar los 69 kilómetros que nos metimos entre pecho y espalda. Ahí quedó eso.

 
Final con cerecitas en el Chapu
Foto: Josemari


Gracias Josemari