24 y 25 de septiembre de 2011, inconmensurable doble jornada

Este fin de semana los Nenazas han introducido una nueva variante: la etapa en dos sectores, uno de tarde y el habitual de mañana.

El primer sector consistió en la subida al "Alto de los Mojitos". Aunque su nombre puede hacer pensar en una cronoescalada, fue una etapa en línea en la que tomaron la salida todos los Nenazas habituales excepto Trancas, Salva y GPS (que se incorporaría a mitad de la ascensión), además de un espontáneo, sin intenciones al principio, se unió al grupo a última hora y casi completó la etapa.

Gran ambiente entre los corredores y el público asistente, principalmente del género femenino y niños, con salida neutralizada desde el callejón de la manzana 10.

A diferencia de las etapas habituales, esta vez no hubo salida lanzada ni escapados después de los primeros 500 mts., todo lo contrario, movimientos tranquilos, rodando en grupo y algunos haciendo de aguadores con el resto, dada su posición más cercana al abrevadero. Después de calentar las piernas y comer oportunamente para afrontar en buenas condiciones el resto de la etapa, empezamos poco a poco la ascensión, larga y dura, como se preveía.

A pesar de la dureza, el grupo siguió compacto, rodando a buen ritmo, con relevos frecuentes y los aguadores (Calzaslargas y Elevator) haciendo su trabajo muy profesionalmente, lo cual permitió que nadie se descolgara, excepto Rulo, que tuvo que abandonar la etapa por fuerza mayor, lo que no influyó en el grupo porque GPS ocupó su puesto y realizó un gran trabajo de aguador, especialmente cuando empezaban a faltar las bebidas isotónicas, sabiendo encontrar con maestría los sustitutos adecuados.

¡¡Qué noche la de aquel día!!
Foto: Marqués

Mientras los Nenazas sufrían en su camino hacia la cima, el público no dejó su ambiente festivo, intentando animar en lo posible, incitándonos a parar y sumarnos a sus bailes, pero somos ante todo ciclistas y seguimos pedaleando hasta el final, entrando en pelotón por la cima como si de una crono por equipos se tratase y con el cansancio reflejado en nuestros rostros y en los movimientos más lentos al bajar de la bici.

Muchas horas, mucho esfuerzo, más curvas que el Alpe d´Huez, pero gran satisfacción por el gran rendimiento en la etapa y el ambiente de camaradería que se vivió en todo momento, sólo empañado por algunos roces con el espontáneo que, no acostumbrado a rodar, y menos en etapas tan duras, no supo estar a la altura del grupo y del momento.

En el segundo sector, una etapa en línea por un recorrido ya conocido por todos, el grupo se vio reducido por la dureza del primer sector y es escaso tiempo de recuperación, por lo que sólo tomaron la salida cuatro nenazas: Calzaslargas, GPS, Lemond y el Profe.

Con el cansancio todavía reflejado en el rostro y haciendo mella en los ánimos, tomamos la salida a las 9:00 h. hacia la cementera de Morata, con vuelta por la carretera de Chinchón.

Bajada por el Cerro del Telégrafo y la calle Pilar Miró, el pueblo, la laguna de El Campillo y el puente de hierro sobre el Jarama, donde no había avispas pero pasando todos al sprint por si acaso, especialmente Lemond.

Subida por el carril bici hasta la cementera, casi sin hablar y sin nada que resaltar. Un anciano, no se sabe si el mismo que chuleó a Salva y el Profe en una etapa anterior, intentó chulear al Profe, adelantándole mientras le miraba de reojo, pero esta vez supo reaccionar, pasándole, enseñándole la rueda de atrás y haciéndole la goma sin compasión cada vez que se arrimaba.

Los Nenazas ya no estamos dispuestos a sufrir humillaciones como aquella.


El par de fotos, sin más comentarios
Fotos: Profe

En la cementera el platanito, un par de fotos, un par de culitos pasando por delante y vuelta a casa a ritmo tranquilo, a pesar de lo cual, al dejar el carril bici, Lemond y el Profe tuvieron que esperar a Calzaslargas y GPS, que decidieron hacer de coche escoba de los culitos por si acaso necesitaban de asistencia técnica.

Reagrupados otra vez encaramos la gran bajada hasta la carretera de Chinchón y el camino a casa, esta vez sin parada en la fuente. La subida se hizo en dos grupos: Calzaslargas-GPS y Lemond-Profe por caminos diferentes y el mismo destino: el Camelot; aunque Calzaslargas por razones de logística y el Profe por otras razones que no vienen al caso, no asistieron a la bien merecida rehidratación.

18 de septiembre de 2011, visita al Madrid Rio

Habíamos quedado de nuevo a las 8 de la mañana, aunque alguno no se enterara.

GPS nos comentaba que había quedado con el Holandés en hacer una etapa hacia Madrid para conocer el Madrid Rio, y aunque el susodicho no se presentó, decidimos hacer lo previsto, no había etapa preparada.

Río Manzanares a su salida de la ciudad de Madrid

Así que tomamos rumbo al pueblo y de allí tras cruzar el Manzanares en Casa Eulogio el camino hacia la carretera de San Martín de la Vega. Un camino conocidísimo aunque odiado cada día por alguno más.

Una vez en la carretera rumbo hacia Perales del Rio por el carril bici de la carretera de San Martín.

Tras una distancia recorrida el Profe recibe una llamada de Elevator para decirnos que el Holandés se había hecho un lio con la hora y nos buscaba a más de las 8:40 h. por nuestras casas. La solución hablar con él y darle pistas de cómo encontrarnos, así con su potente rodada nos cogería pronto.

Ibamos comentando por el carril bici que Gallardón seguro tendría conectado el carril que llevabamos con el de Madrid, pero falsa ilusión porque uan vez en Villaverde Bajo no hubo más remedio que tomar las calles semidesiertas e intentar buscar el camino correcto.

Tras unas ligeras dudas y preguntas a algún viandante, cruzamos un pequeño tunel bajo el enlace de la M-40 y la N-IV y nos encontramos con un carril que recorría la margen derecha del río Manzanares en dirección a Madrid.

Un bonito recorrido, aunque bastante repleto de gente paseando, corriendo, en bici, etc.

Una vez pasada la Caja Mágica y todavía en el mismo carril, decidimos esperar al Holandés junto a uno de los puentecillos que cruza nuestro rio.

Via verde junto al río Manzanares

La espera fue larga, entre risas y más risas, porque el Holandés como era previsible no había podido encontrar el acceso que tomamos nosotros e iba por las calles del barrio de Villaverde un poco lejos de nuestra ubicación.

Puente sobre el río Manzanares,cercano a la Caja Mágica

Tras un largo rato, cercano a los 3/4 de hora, nos pusimos de nuevo en marcha en contacto con el Holandés, y al fin un poco más adelante junto al Nudo Sur, se unió todo el pelotón de la jornada.

Una vez cruzado el Nudo Sur entramos en el Madrid Rio, ese parque o como quieran llamarlo que han diseñado en el recubrimiento de la M-30 después de ponerla bajo tierra.

Allí todavía más gente, impresionante.


Río Manzanares junto al Puente de Toledo

El final después de pasar bajo el Puente de Toledo, en una zona cercana al Estadio Vicente Calderón, para regocijo de los dos Atléticos del pelotón.

El pelotón completo junto al Estadio Vicente Calderón

Los del Atleti

La vuelta un poco en desbanda, con 3 lanzados por delante y los 5 restantes separados de ellos, por detrás.

Todo el carril bici junto al Manzanares adelante y sin reencontrarnos con los escapados, llegamos hasta un puente que cruzaba a la margen izquierda del Manzanares, era zona casi desconocida y digo casi porque en una de las primeras etapas en pelotón estuvimos muy cerca de allí y no había problema para seguir adelante.

Por aquellos caminos junto a las vías del AVE, llegamos hasta la ruta de los charcos, ese que tanto le disgusta a Lemond y por allí ya separados en 3 grupos.

Pronto y tras llegar cerca del edificio de Protección Civil, los dos que ibamos detrás nos encontramos con los 3 que salieron en desbandada desde el Calderón. Por no tomar la ruta de los charcos fueron superados por los del medio y alcanzados por los de atrás.

La ventaja de un camino más corto y no tan malo como a algunos les parece.

Lo demás es historia, porque cada uno subió a su ritmo y hubo poco quorum en un Camelot sin Daniela, nuestra camarera favorita, y con solo 3 ciclistas en la mesa.

Un recorrido ligeramente superior a las 70 kilómetros, aunque algunos hicieron unos pocos más para evitar el agua.

Pues nada nos vemos el domingo a las 8:30 h., por cambio de horario y quién sabe si antes en algún sarao de despedida del verano.

11 de septiembre de 2011, cuando falta el guía acabamos en el Cerro

La salida como es de rigor en los días del verano, que ya colea, a las 8 de la mañana, más o menos.


Como no vino GPS no había ruta preparada y claro al Cerro de los Angeles, lo tradicional.


Lo primero el despiste inicial, pues cuando llegábamos a la altura del rockódromo alguíen me dio el aviso, había salido sin casco. Como no era menester volverse y despertar al personal, se decidió seguir adelante.


La etapa ya la conoceis, pero esta vez hubo una pequeña variante porque al llegar al paso donde cruzar el AVE, nos encontramos con que el puente está a la mitad por obras y hubo que dar una ligera vuelta para llegar al otro lado.


Por el camino nos cruzamos con un tractor con un remolque llenito de melones y que melones oiga. Un tamaño que impedía llevarnos uno pero que daba ganas de hacerlo.


Una vez en ruta, la subida al cerro y la parada del platanito.


El Profe rezando, recordando sus tiempos de monaguillo
Foto: Marqués

Lemond en reposo y de risas
Foto: Marqués

Rulo haciendo gimnasia de mantenimiento y no perder tono muscular
Foto: Marqués


Lo que ocurrió ahí de momento es top secret, porque algunas fotos y algún video pueden ser cosa entre los que estábamos y poco más.


El platanito
Por Marqués

La vuelta de nuevo diferente. Intentamos ir por otro camino distinto y esta vez en vez de volver por donde habíamos venido, probamos a bajar por el carril bici de la carretera que va hacia Perales del Rio. Como tantos y tantos carriles bici de este país, de repente se corta y hubo que tomar caminos varios, una carretera tipo autovía y que se yo más cosas.


Al final de nuevo a las pequeñas pistas pero un por un problema de orientación y un poco de innovación, acabamos en Perales del Rio.


El pelotón con la iglesia de Perales del Rio al fondo
Foto: Marqués


Una vez allí tomamos el carril bici de la carretera de San Martín hasta enlazar de nuevo con el camino de vuelta, la pista esa que tanto le gusta a Lemond.


En ella un buen montón de ciclistas, coches y más coches, pero sobre todo dos abuelos en todo terreno que en vez de aminorar la marcha al pasar junto al grupo, nos pusieron el camino cubiertito de polvo, inrespirable, vaya ca.....s.


A mitad una paradita a tomar prestadas unas pocas mazorcas de maiz con las que alimentar al conejo de Lemond. Después del préstamo espero que al menos el joio conejo se las haya comido.


Rulo pillado in fraganti en el maizal
Foto: Marqués

Después de salir del maizal
Foto: Marqués

Del resto poco que contar, por muy conocido. Y el final como es de rigor en el Camelot para el piscolabis final.


Marqués en Casa Eulogio
Foto: Rulo


Lo que pasó por la tarde en la fiesta de despedida de la piscina comunitaria es otra historia, solo para los que quisimos o pudimos juntarnos.


Ya lo sabeis y no voy a insistir más. Alguno ni se acordará tal y como acabó la tarde.

9 de septiembre de 2011, paseo por la laguna de El Campillo

El viernes y previo aviso de Rulo en un correo la tarde anterior, dimos un corto paseo de 21 km por la laguna de El Campillo. Para estirar los músculos de cara a la ruta del domingo.

A alguno que se había apuntado, se le pegaron las sábanas.


4 de septiembre de 2011, por las lomas de Morata y la vega del Tajuña

Salimos a la hora acostumbrada, con GPS como director de ruta, como casi siempre.

El inicio por la calle las Cañadas, dirección hacia la ruta de los cortados, por donde empezamos el camino. Una variante, eso sí, pues tomando un camino más interno cortamos para aparecer en la parte alta de la última cuesta, esa que acaba en una cadena junto a las vías del metro junto a la laguna del Campillo.

Zona alta de Rivas pueblo desde lo alto
Foto: Marqués

Una vez allí, evitando por ser todavía época de avispas, cruzamos hacia la carretera de Chinchón y subimos dirección a las lomas de Morata. El miedo es muy malo.

La subida por el camino tradicional, el del video “vaamono” pero cuesta arriba, donde pasé mis primeros apuros, aunque bien auxiliado por Elevator, que me llevó hasta la vía verde con menos apuros de los que esperaba.

GPS a la sombra de Trancas
Foto: Trancas

Elevator
Foto: Trancas

La llegada de Marqués a la via verde
Foto: Trancas

Desde allí y cruzando bajo el puente metálico de la vía verde, tomamos dirección hacia la cementera, por un camino nuevo y con algunos despistes del personal que iba por delante, solucionados sin problemas en pocos instantes.

Una vez en la cementera, seguimos por la cañada que va sobre las lomas con el valle del Jarama a la derecha y la vega del Tajuña a la izquierda.

La parada primera en la Colina del Suicidio, junto al monumento a los caídos de las Brigadas Internacionales en la Batalla del Jarama, donde nos hicimos el primer registro fotográfico de la jornada.

En el monumento a los caídos de las Brigadas Internacionales
Foto: Marqués

Cortados del Jarama desde el Cerro del Suicidio
Foto: Marqués


Desde allí y por un nuevo camino, llegamos hasta la parte alta de una urbanización llamada Valgrande, con unas casas muy chulas y con un cuestorro de impresión que nos llevó hasta el fondo del valle del Tajuña.


Una vez en la vega comenzamos a subir hacia Morata, siempre rodeados de huertos y muchas veces paralelos al río Tajuña, muy estrecho por la cantidad de agua que le deben chupar tantos y tantos huertos de su vega.


Junto a un pequeño salto de agua, a modo de cascaditas, hicimos un pequeño receso para hacer unas fotos y alguno que aprovechó para el robo de higos. La verdad es que estaban dulces aunque en una semana seguro que mejorarán bastante.


Salto de agua en el río Tajuña
Fotos: Marqués


La siguiente parada, la del platanito en un parque de Morata, donde repusimos fuerzas de cara a la subida de nuevo hacia la cementera.


Comidas varias para cada uno, sobre todo repitió magdalenas y chocolate nuestro compañero Trancas. No se le hizo nudo en la garganta porque había una socorrida fuente junto a nosotros.

Picnic en un parque de Morata de Tajuña
Foto: Marqués


A continuación y subiendo por calles empinadas de Morata, llegamos al inicio de la cuesta que tanto tiempo llevaba GPS tratando de subir con el pelotón. Y el pelotón sin prisa pero sin pausa, subió arrastrando el alma por el camino.


Parecía que iba a ser más dura de lo que fue, aunque la verdad es que cada vez los retos los cumplimos con mejor forma o con más coraje, no lo sé.


Una vez en lo alto, de nuevo dirección a la cementera por el mismo camino de subida, ahora de regreso a casa. Pasamos de nuevo bajo el puente metálico de la vía verde y bajamos por el camino “Vaamono” hasta la carretera de Chinchón. Un tramito de carretera y llegamos a Rivas pueblo, donde tras breve parada en la fuente terminamos con la subida por las calles hasta el Camelot.

Un total de unos 65 kilómetros de "na". Es la media porque a alguno le salieron 67 y a otro 63, cosa de la calibración de los cuentakilómetros.


Unas cervecitas de celebraciones varias, incluido algún que otro cumpleaños y el reencuentro con Josemari, que medita su reincorporación aunque todavía tiene molestias. A mejorarte que te esperamos.

Unas fotos atrasadas del día 28 de agosto

Trancas nos manda unas fotos del 28 de agosto, una vez bajada la pista desde el cerro del Viso.

Que no queden en un cajón.


El trío de esforzados, Salva, el Profe y Lemond
Foto: Trancas


El Profe con el esfuerzo de Lemond al fondo, tanta piedra hace daño
Foto: Trancas


Lemond se quedó
Foto: Trancas

Hoy me acordé de vosotros

Hoy vi esto y me acordé de alguno de vosotros, en especial fotos dedicadas a Lemond y a GPS, por el amor que las procesan.

Panal con Avispas en Ayora, Valencia
Fotos: Marqués

Y lo mejor de todo es que puse la cámara a pocos centímetros y ninguna tuvo el gusto de morderme. ¿Tuve suerte?

Una se tiró contra la cámara y se agarró como para moderla. El resto se sacudían un poco cuando les saltaba el flash desde tan cerca.

Pero recordad, huelen el miedo.