El pelotón, o al menos una
parte de él, tenía ganitas de hacer una etapa grande. La semana anterior, de la
que no va a haber crónica, un grupo de Nenazas participaron en una ruta
organizada por SalgadoBike que en principio iba a pasar por una de las subidas
que más le ponen a Jokin y como al final variaron el recorrido tenía ganas de
ir en esa dirección.
Avispa con su avispa
Foto: Marqués
Foto: Marqués
Así para comenzar bajamos
por el Cristo de Rivas para girar hacia Mejorada del Campo y salirnos de la
carretera a la altura de los Viveros Don Pedro.
Así empezaba nuestra toma de
contacto con la tierra, circulando por el monótono camino que va directo a la
laguna del pueblo en Velilla de San Antonio, igual que hicieron en la ruta de
los hermanos Salgado.
Una vez en Velilla tocaba
cruzar algunas calles del municipio para ir en busca de las primeras cuestas
hacia la localidad de Loeches.
Primero había que cruzar el
arroyo Pantueña, que baja desde Valverde de Alcalá o quizás desde Corpa. Esta
vez hubo dudas en el pelotón y nadie se atrevió a cruzarlo por to’l medio, por
si las moscas. Cruzamos toditos todos por los tablones que hay a la derecha del
vado.
Como iba diciendo tocaba
subir a Loeches y claro por ese camino no hay más remedio de subir por la Senda
de Clavi. Lugar donde nuestro querido compañero David tuvo una caída en la que
se rompió la clavícula del hombro. Fue hace mucho tiempo y ya está olvidado.
El pelotón se estiró como en
tantas ocasiones, aunque la llegada a lo alto no fue demasiado larga, llegamos
todos muy cerca unos de los otros.
Atravesamos Loeches, aunque hicimos
una breve paradita, el Gavilán tenía que sacar dinero del cajero de la Caixa y se metió
dentro montado en su bici. Vaya tela.
Gavilán en laCaixa
Foto: Marqués
Foto: Marqués
Una vez con la pasta en sus
manos seguimos adelante en busca de nuestro reto de la jornada, la subida del
Colombiano.
Antes de empezar la primera
cuesta sorpresa, nos encontramos con Luismi padre de alumnos del Colegio Los
Almendros, al que ya nos cruzamos una vez hace unas semanas por la Vía Verde y
que tenía ganas de compartir ruta con nosotros.
Así sin pensarlo más subimos
por el Colombiano. El pelotón se estiró un tanto aunque de nuevo la distancia
de llegada de los Nenazas a la parte de alta tampoco se demoró mucho. Goteando
llegamos arriba con la lengua rozando el suelo pero con ganas de seguir
adelante. Mención especial para el Profe que inexplicablemente se bautizaba en
esta subida. No debió coincidir nunca cuando la subimos y lo habíamos hecho
unas pocas veces.
Subida del Colombiano
Fotos: Jokin
Video por Jokin
Nos quedaba por delante un
buen trecho para llegar al siguiente pueblo, Pozuelo del Rey. Pero en un rato
ya estábamos cerca de él. Los de delante hicieron parada en la zona habitual de
avituallamiento, el cementerio municipal del municipio.
Pero el otro Luismi que ya había
hecho una etapa que pasaba por Pozuelo sugirió acercarnos a un parquecillo en
el interior del pueblo. Un acierto, pues la sombra de sus grandes árboles y sobre
todo la fuente venían al pelo para el descanso.
Un rato estuvimos charlando,
llenando las botellas y haciéndonos fotos. Otros ciclistas de distintas
localidades del entorno coincidieron con nosotros en el parque con los que
intercambiamos conversación y experiencias.
Pelotón de la jornada en Pozuelo del Rey
Foto: Marqués
Foto: Marqués
Una vez concluido el
avituallamiento seguimos adelante con nuestra ruta. En esta ocasión el
siguiente pueblo por el que íbamos a pasar era Campo Real. Para llegar hasta
allí se circula por un camino con sendas muy chulas, en concreto me gusta mucho
cuando pasamos entre los taludes de lo que sin duda fue el paso de una vía de
tren. Habría que investigar pero no puede ser de otra forma.
Llegamos a Campo Real pero
no atravesamos el pueblo. Bordeamos por una carretera de circunvalación para llegar
hasta la Ermita de la Virgen de las Angustias.
Cerca de ella sale el camino
que baja hacia nuestro siguiente municipio, Arganda del Rey. Esa bajada la
conocéis todos a la perfección, la senda del Botillo, conocida por mi incidente
en el que se quedó mi muslo adornado con un gran moratón producto de un ostión
de campeonato. También la recordamos por otra caída, en este caso con protagonismo
de Josemari que un día de Navidad en compañía de Avispa, también acabó con sus
huesos por el suelo y tuvo que ser rescatado cuando llegaba a la laguna de El
Campillo.
La bajada acaba en Los
Mijares, un barrio de Arganda, por el que pasamos rápidamente cogiendo la
carretera hacia La Poveda. Algún miembro del pelotón acusaba mucho su
inactividad y pedía acortar la ruta lo máximo posible.
Una vez en La Poveda giramos
hacia el puente de las avispas aunque no lo cruzamos, volvimos hasta Rivas por
la margen izquierda del río Jarama para llegar hasta el Puente de Arganda y así
alcanzar Rivas pueblo.
Allí la anécdota de la jornada, Rulo en un alarde de dominio de la bici no sacó a tiempo sus pinreles de los pedales de su bici y se dio un costalazo curioso entre las risas de los que vivimos en directo su torpe caída.
Allí la anécdota de la jornada, Rulo en un alarde de dominio de la bici no sacó a tiempo sus pinreles de los pedales de su bici y se dio un costalazo curioso entre las risas de los que vivimos en directo su torpe caída.
Rulo por los suelos
Foto: Marqués
Foto: Marqués
De la subida poco que
contar, el pelotón casi compacto por las calles del pueblo, con Jokin por su
lado habitual y Avispa rezagado a cola de pelotón. Allí nos despedimos del otro
Luismi que no tenía que subir hasta lo alto y tomaba otra dirección diferente a
la nuestra.
Al Chapu llegamos en varios
grupo, las últimas cuestas pasaron factura. Hice espera en el parque del Cerro
del Telégrafo charlando con un conocido y esperé la llegada de Avispa para
hacer el último tramo con él.
La etapa concluyó con casi
60 kilómetros y un buen sabor de boca, una jornada de ciclismo con todas las
letras.
Ruta de la jornadaPor Avispa
Gracias compañeros, un placer
de compartir una nueva ruta con vosotros.