Al no acudir a la cita GPS, tras un día anterior en el que le confundió la noche y aunque lo intentó no pudo levantarse, nadie opinó en contra de lo propuesto y así el numeroso pelotón salía con dirección hacia la ermita del Cristo de Rivas para no llevar la contraria a nuestro compañero.
La bajada como siempre sin tregua,
como para ir a apagar un incendio, juntándose el grupo sin más remedio, en el
Golden Gate de San Fernando, nada parecido al de San Francisco. Para cruzar hay
que hacer fila y esperar turno, por eso apelotonamiento general.
Cruzando el Golden Gate de San Fernando de Henares
Foto: Marqués
Camino de Torrejón de Ardoz, el incendio debía ser importante porque por delante iban con más prisa que vergüenza, y estirados pasamos por el barrio del Castillo, el parque Europa, para juntarnos junto a la tapia del cementerio de Torrejón.
Foto: Marqués
Camino de Torrejón de Ardoz, el incendio debía ser importante porque por delante iban con más prisa que vergüenza, y estirados pasamos por el barrio del Castillo, el parque Europa, para juntarnos junto a la tapia del cementerio de Torrejón.
Rulo rodando deprisa
Foto: Marqués
Junto al cementerio de Torrejón de Ardoz
Foto: Marqués
Desde ahí, y como en otras tantas ocasiones, nos dirigimos por la vega del Henares, rio arriba, donde vino el primer despiste. Los de delante, que seguían a todo trapo, se fueron por el pedregoso camino alejado del rio. Aunque a la voz de un grito desde detrás, la serpiente multicolor se dio la vuelta y corrigió su camino hasta llegar al puente que cruza el Henares.
Foto: Marqués
Junto al cementerio de Torrejón de Ardoz
Foto: Marqués
Desde ahí, y como en otras tantas ocasiones, nos dirigimos por la vega del Henares, rio arriba, donde vino el primer despiste. Los de delante, que seguían a todo trapo, se fueron por el pedregoso camino alejado del rio. Aunque a la voz de un grito desde detrás, la serpiente multicolor se dio la vuelta y corrigió su camino hasta llegar al puente que cruza el Henares.
Pelotón de la jornada
Foto: Marqués
En él realizamos la foto del pelotón de la jornada, pues dos miembros apuraban sus minutos con el grupo e iban a iniciar su regreso llegado este punto. No sabemos su periplo de vuelta, aunque seguro que lo hicieron por caminos y/o carreteras nunca usados por el pelotón. Ya nos contarán.
Foto: Marqués
En él realizamos la foto del pelotón de la jornada, pues dos miembros apuraban sus minutos con el grupo e iban a iniciar su regreso llegado este punto. No sabemos su periplo de vuelta, aunque seguro que lo hicieron por caminos y/o carreteras nunca usados por el pelotón. Ya nos contarán.
Nos vamos hacia el cerro del Viso
Foto: Marqués
De nuevo estirados llegamos a la base norte del Cerro del Viso, con una subida con empinadas rampas ya conocidas por la mayoría, que hicieron estirarse aun más al pelotón e inclusoa algunos poner pie a tierra en algunas ocasiones para llegar hasta su cima.
Arriba el descanso del platanito, los comentarios y de nuevo las prisas, porque alguno tenía hora de llegada. Unas fotos de los que llegamos, de unos caballos, y a correr para abajo.
Foto: Marqués
De nuevo estirados llegamos a la base norte del Cerro del Viso, con una subida con empinadas rampas ya conocidas por la mayoría, que hicieron estirarse aun más al pelotón e inclusoa algunos poner pie a tierra en algunas ocasiones para llegar hasta su cima.
Arriba el descanso del platanito, los comentarios y de nuevo las prisas, porque alguno tenía hora de llegada. Unas fotos de los que llegamos, de unos caballos, y a correr para abajo.
En lo alto del Cerro del Viso
Foto: Marqués
En la bajada, despiste general, ya previsto por los de detrás. Era seguro que los rápidos de delante se iban a pasar el camino donde había que desviarse, y lógicamente se lo pasaron.
Foto: Marqués
En la bajada, despiste general, ya previsto por los de detrás. Era seguro que los rápidos de delante se iban a pasar el camino donde había que desviarse, y lógicamente se lo pasaron.
Unos 300-400 metros después, de
nuevo los de delante tomaron un camino erróneo, y de nuevo marcha atrás, para ir
por el camino correcto que nos llevaba hasta la localidad de Torres de la
Alameda. A nuestra
llegada a dicho municipio, unos a comprar Aquarius, y otros a la fuente donde
rellenar bidones y a refrescarse.
El destino siguiente era Loeches,
por esa pista ancha y con toboganes que nos lleva hasta dicha localidad. Sin
pausa alguna, el pelotón se estiró de nuevo y los de delante ya no esperaron
más. Cada uno como pudo llegó a Velilla de San Antonio, y siguió camino hacia el
Cristo de Rivas para llegar a casa.
La desbandada fue general,
aprovechando para comentar que el sentimiento de alguno de los que íbamos detrás
es que los que tengan prisa se vuelvan antes y que no provoquen estampidas que
nos hacen ir con la lengua fuera e incluso alguno acalambrado que llegó
despacio, muy despacio.
Mal que bien, subimos el Cristo de
Rivas con poco menos de 60 km de recorrido en nuestras piernas y alguno, aunque
menos de la mitad, acabamos tomando las cerecitas de rigor en el Camelot, donde
nos pese a quien nos pese estamos cerca de casa y la vuelta se hace menos pesada
que tomándola en lugares más alejados y quién sabe si mejores o peores. Más vale lo conocido que…..
A caballo también suben al Viso
Foto: Marqués
Se me olvidaba, el Gran Calzas volvió al pelotón, buen regreso monstruo.
A caballo también suben al Viso
Foto: Marqués
Se me olvidaba, el Gran Calzas volvió al pelotón, buen regreso monstruo.