21 de julio de 2013, que ricas las palmeritas de Morata

Aunque no había demasiadas ganas de salir éste último domingo, guarros pero valientes, 3 intrépidos Nenazas nos  levantábamos temprano para recorrer esos caminos que tanto nos gustan.
 
A las 8:00 h., sin demora, puntuales como clavos tomábamos la salida hacia lo desconocido. No había ruta fija, pero como el Gavilán había tenido un incidente el pasado jueves estaba dolorido, la ruta debería ser lo más cómoda posible. Con pocos baches y recorrida de forma tranquila.
 
Gavilán tras la caída el 18 de julio
Foto: Gavilán

Así decidimos tomar dirección hacia Morata de Tajuña, bello pueblo de SE al que teníamos un tanto abandonado últimamente.
Bajamos como habitualmente junto al Cerro del Telégrafo, para enlazar con la avd. Pilar Miró  y bajar hasta el pueblo para llegar a la laguna de El Campillo. Una vez allí cruzamos hacia la carretera de Chinchón para dirigirnos hacia nuestro emblemático camino, el Vaáamono.
En el primer tramo nos cruzamos con un gran rebaño de ovejas, dirigidas por un pastor que muy irónico al adelantarle se dirigió a nosotros y nos dijo algo así como: “A perder kilos”. No entiendo porqué.
El camino lo subimos casi por completo en pelotón agrupado hasta la última rampa, donde nos estiramos para llegar de forma escalonada, el Gavilán iba bastante tocado y estuvo a punto de darse la vuelta.
 
En lo alto del Vaáamono
Foto: Marqués
Una vez en la vía verde, solo quedaba bajar hacia Morata. Sin dejar ese camino no hay forma de llegar a otro sitio. Una bajada rápida esquivando los palos de los cruces que dejan poco espacio que hacen pensarse como esquivarlos de mejor manera.
Una vez en Morata no había dudas, tocaba repostar comiendo unas de esas ricas palmeritas típicas de éste pueblo, a las que nos invitó amablemente el Profe. Gracias amigo.
 
Profe en la plaza de Morata de Tajuña
Foto: Marqués

 
Degustamos las palmeritas tranquilamente, en buena charla y sin prisas. La mejor forma de hacerlo, como mejor saben.
 
 
 






En Morata de Tajuña
Fotos: Marqués

La vuelta de nuevo por la vía verde a ritmo lento pero seguro, que el día no estaba para grandes excesos. Siempre en grupo hasta que de nuevo los palitos hicieron retrasarme un tanto y ya no nos juntamos hasta pasar el Hospital de Arganda, que hicimos una breve parada junto a un grupo de patinadores.
 















Circulando por la vía verde
Fotos: Marqués

 
Seguimos hacia abajo por la vía verde hasta llegar a La Poveda, continuando para cruzar el río Jarama por el puente de las avispas. Pocos de esos insectos había, la verdad, pero parece que a uno de ellos le gustó la espalda del Profe porque según nos contó sufrió un leve picotazo. Aunque mariconadas las justas.
Tras parar en la fuentecilla cercana al polideportivo del Sureste, iniciamos la subida del pueblo. No nos separamos en toda ella para llegar hasta nuestras casas después de 58 km recorridos, a eso de la una menos cuarto.

A todo esto GPS disfrutaba como un enano en las laderas del monte Gurugú en Alcalá de Henares, tras un curso intensivo de MTB, Casper y el Sargento hacían ciclismo de salón en una dura etapa subiendo el puerto del Cerro de los Ángeles y el resto de vacaciones o reposando.
 






GPS por el Gurugú
Fotos: GPS






Los del Cerro
Fotos: Casper

Unos todavía no han cogido vacaciones, otros volverán pronto, a otros aun les quedan días de relax, pero alguno nos tomamos un breve receso para aminorar los excesivos calores de Madrid. O sea, que nos vemos en un par de semanas los que estéis por estos lares.  

14 de julio de 2013, un divertido paseo hasta la Casa de Campo

La vuelta de los que llevan tiempo sin darle a los pedales siempre es motivo de gozo para el pelotón. Por ello, la mañana del domingo 14 de julio era una de esas mañanas en las que una sonrisa domina a los miembros del pelotón.
El Profe que llevaba meses de baja por lesión en su maltrecho hombro y Josemari, que ha venido poco últimamente, regresaban a las rutas dominicales. Junto a ellos el que escribe, incansable como pocos, y Rulo en puertas de su periodo vacacional, acudimos a la cita.
Unos cuantos están ya de vacaciones, otros a punto de hacerlo y del  resto poco sabemos. Pero,  ¿para qué preguntar?
La convocatoria a las 8:15 h, que alguno quería ver el encierro de San Fermín. Pero a las 8:20 ya estábamos los 4 presentes y listos para la salida.
En principio la idea era ir a Campo Real, aunque no había mucha emoción ni ganas de pegarse una etapa como esa. Así y como el Profe era el encargado de elegir ruta, se decidió muy rápidamente volver al Madrid Río para que los inactivos empezaran a moverse sin demasiadas cuestas, en este caso solo una y al final.
Bajamos como siempre por la avd. Pilar Miró y llegamos al Metro de Rivas pueblo de forma rápida y cómoda.
Así cruzamos la carretera de Valencia para encaminarnos hacia la Escuela de Protección Civil, que ya sabéis todos donde está. De ahí la senda de los charcos, con solo una zona de barrizal donde cruzar con   la bici al hombro.
En dos grupos llegamos hasta la Cañada Real, a su paso junto a la finca de la Torrecilla de Iván Crispín, ya lo nombre otras veces. Seguimos adelante en pos de la Ribera del Manzanares, cruzando bajo la M-50, la M-45 y pasando por el lugar donde di con mis carnes contra el suelo hace un par de semanitas.
 
Donde el ostión
Foto: Marqués

 
Hacia delante para cruzar sobre el puente que cruza la línea del AVE que lleva a Sevilla y al poco circular bajo los árboles junto al río Manzanares. En esa zona una pista de asfalto recorre toda la ribera del río, facilitando el pedalear de los intrépidos ciclistas.
 
Junto a la vía del AVE
Foto: Marqués


Pasando bajo varios puentes de diversos tamaños, en concreto 6, llegamos a los alrededores de la Caja Mágica, donde la verdad es que nos cruzábamos con muy poca gente. Parece que hay gente de vacaciones o se madruga menos en estas fechas.
Siguiendo la ribera del río, al poco ya llegábamos al Madrid Río, ese parque lineal que soterró la M-30 para la alegría de los vecinos de la zona y el endeudamiento del resto de los madrileños.   
 


Por el Madrid Río
Foto: Marqués

 
Ya a esas alturas se me ocurrió que la etapa no podía acabar junto al Calderón, que es una cosa ya muy típica, y por eso propuse un destino novedoso, en este caso la Casa de Campo.
Los del Atleti


Los del Madrid
Fotos: Marqués

 
Solo había que dejar atrás el estadio del Glorioso, donde nos hicimos las fotos de rigor y continuar río arriba para cruzar junto al puente de Segovia, donde comienza en Paseo de Extremadura, donde nos hicimos nuevas fotos.
 

En el Puente de Segovia
Fotos: Marqués

 
Poco más arriba llegábamos a la Puerta del Rey, cercana a Príncipe Pio, lugar de acceso a la Casa de Campo.  El lugar está completamente remozado, muy diferente a como estaba hace unos años, muy apto para los viandantes y ciclistas.
Entramos por dicha puerta al pulmón de la ciudad de Madrid, la Casa de Campo, donde numerosos ciclistas circulaban por todas partes.
Tras recorrer el Paseo del Embarcadero hicimos nuestra primera parada junto a El Lago, donde de nuevo volvimos a dejar constancia de nuestro paso por allí haciéndonos fotos y mandando guasaps.

 




Junto a El Lago de la Casa de Campo
Fotos: Marqués y Profe

 
Pero allí no podíamos quedarnos, no era el lugar más apropiado para tomar el platanito e iniciar la vuelta a casa. Y por ello, propuse un destino, subir hasta el Telesférico en el cerro Garabitas donde descansar para la vuelta.
Subimos unas rampas por caminos de tierra en dirección a nuestro destino, aunque nos lo pasamos un poco de largo y tuvimos que volver atrás unos pocos metros. Todo el recorrido lo podéis ver en el mapa adjunto, por si hay incrédulos.
 
Recorrido hecho por la Casa de Campo
Imagen Google Earth

Una vez arriba y junto a los edificios del Telesférico, hicimos la parada de descanso habitual para reponer fuerzas y para casa que quedaba mucho por delante.
Bajamos directamente por una pista hasta la carretera que nos iba a devolver a la zona de El Lago, en una zona que se llama el Pinar de las Siete Hermanas, muy cercana al Parque de Atracciones. Una zona muy concurrida en las noches por diverso tipo de fauna. Ya sabéis.
Bajo los árboles centenarios recorrimos un largo trecho hasta llegar de nuevo a El Lago, aunque esta vez por el lado opuesto por el que llegamos, para recorrer su borde y tomar de nuevo el Paseo del Embarcadero para ir hacia la Puerta del Rey.
 
Por la arboleda de la Casa de Campo, desde el Pinar de las Siete Hermanas hacia El Lago
Foto: Marqués

 
Nos quedaba la vuelta por el Madrid Río, donde hicimos breves paradas para hacernos más fotos, algunas entre las risas del personal. Lo entenderéis al verlas.

 



Cruzando el Puente de Segovia y risas en los cerditos
Fotos: Marqués

Intentamos ir por la otra orilla del río demasiado pronto, pues tuvimos que volver a la orilla derecha tras un intento de ir por la izquierda. El estadio del Glorioso y la M-30 impiden el paso por esa zona.
 
Pasarela de la Y
Foto: Marqués

 
Una vez pasado el Vicente Calderón, volvimos a cruzar el río para hacer la vuelta por la otra orilla, pasando por los chorrillos donde hicimos una alto en el camino muy breve. Ahí nos indicaron amablemente que está prohibido el acceso en bici a esa zona. Una pena.
 
En los chorrillos
Foto: Profe

A la altura del Matadero y la Casa del Reloj, la Junta Municipal de Arganzuela, volvimos a cruzar el río para ya no para más y retornar río bajo para dejar atrás el Madrid Río, la Ribera del Manzanares y la sombra de los árboles que facilitaban nuestro transcurrir hacia Rivas.
Una vez cruzado el Manzanares, quedaba el desierto por delante. El calor por esa zona era desesperante, aunque había que darle a los pedales para dejarlo atrás cuanto antes.
El pelotón se partió en dos grupetes de dos miembros, los de delante dándole fuerte y por detrás con un ritmo un poco más pausado.
En los Viveros Ángel, entró Josemari a repostar agua, el resto agrupados seguimos hacia delante despacio para reagruparnos junto a la Depuradora Sur-Oriental, la del arroyo de los Migueles.
Solo nos quedaba por delante la subida del pueblo, por las calles que suben poco a poco para casa. Allí el pelotón se estiró sin remedio, pagando unos la inactividad de meses y loskilómetros acumulados este día en nuestras piernas.
Nos reagrupamos junto a una pequeña fuente junto al Auditorium Miguel Ríos, donde refrescarnos por última vez antes de recorrer las últimas rampas.
El final se hizo pesado, sobre todo por el calor insoportable que hacía en el final de la avda. Pilar Miró, allí donde la barrera y la pista blanca que recorre el pinar del Cerro del Telégrafo.
Llegamos a casa entorno a las 13:30 h, con 76 km recorridos de una etapa que de nuevo se prometía de relajación y que al final se convirtió en un infierno, ¡que calor colegas!
Eso sí, un recorrido con una parte novedosa y bonita de verás, donde aunque no os lo creáis, disfrutamos como niños.
Hasta la próxima y buenas vacaciones a los que están en ello.

6 de julio de 2013, cena paella Nenaza

Unas imágenes del evento.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Y el objeto de la cena, PAELLA.
El chef Calzas, estuvo como en las grandes ocasiones.
Rica rica, por cierto. No dejamos ni un grano.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Con gente, mucha gente.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Y de postre, MOJITOS.
Rafa, le falta un poco más de ron.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
Una noche inolvidable.
Gracias a todos.