La vuelta de los que llevan tiempo sin darle a los pedales
siempre es motivo de gozo para el pelotón. Por ello, la mañana del domingo 14
de julio era una de esas mañanas en las que una sonrisa domina a los miembros del
pelotón.
El Profe que llevaba meses de baja por lesión en su
maltrecho hombro y Josemari, que ha venido poco últimamente, regresaban a las
rutas dominicales. Junto a ellos el que escribe, incansable como pocos, y Rulo
en puertas de su periodo vacacional, acudimos a la cita.
Unos cuantos están ya de vacaciones, otros a punto de
hacerlo y del resto poco sabemos. Pero, ¿para qué preguntar?
La convocatoria a las 8:15 h, que alguno quería ver el
encierro de San Fermín. Pero a las 8:20 ya estábamos los 4 presentes y listos
para la salida.
En principio la idea era ir a Campo Real, aunque no había
mucha emoción ni ganas de pegarse una etapa como esa. Así y como el Profe era
el encargado de elegir ruta, se decidió muy rápidamente volver al Madrid Río
para que los inactivos empezaran a moverse sin demasiadas cuestas, en este caso
solo una y al final.
Bajamos como siempre por la avd. Pilar Miró y llegamos al
Metro de Rivas pueblo de forma rápida y cómoda.
Así cruzamos la carretera de Valencia para encaminarnos
hacia la Escuela de Protección Civil, que ya sabéis todos donde está. De ahí la
senda de los charcos, con solo una zona de barrizal donde cruzar con la bici
al hombro.
En dos grupos llegamos hasta la Cañada Real, a su paso junto
a la finca de la Torrecilla de Iván Crispín, ya lo nombre otras veces. Seguimos
adelante en pos de la Ribera del Manzanares, cruzando bajo la M-50, la M-45 y
pasando por el lugar donde di con mis carnes contra el suelo hace un par de
semanitas.
Donde el ostión
Foto: Marqués
Hacia delante para cruzar sobre el puente que cruza la línea
del AVE que lleva a Sevilla y al poco circular bajo los árboles junto al río
Manzanares. En esa zona una pista de asfalto recorre toda la ribera del río,
facilitando el pedalear de los intrépidos ciclistas.
Junto a la vía del AVE
Foto: Marqués
Pasando bajo varios puentes de diversos tamaños, en concreto
6, llegamos a los alrededores de la Caja Mágica, donde la verdad es que nos
cruzábamos con muy poca gente. Parece que hay gente de vacaciones o se madruga
menos en estas fechas.
Siguiendo la ribera del río, al poco ya llegábamos al Madrid
Río, ese parque lineal que soterró la M-30 para la alegría de los vecinos de la
zona y el endeudamiento del resto de los madrileños.
Por el Madrid Río
Foto: Marqués
Ya a esas alturas se me ocurrió que la etapa no podía acabar
junto al Calderón, que es una cosa ya muy típica, y por eso propuse un destino
novedoso, en este caso la Casa de Campo.
Los del Atleti
Los del Madrid
Fotos: Marqués
Solo había que dejar atrás el estadio del Glorioso, donde
nos hicimos las fotos de rigor y continuar río arriba para cruzar junto al
puente de Segovia, donde comienza en Paseo de Extremadura, donde nos hicimos
nuevas fotos.
En el Puente de Segovia
Fotos: Marqués
Poco más arriba llegábamos a la Puerta del Rey, cercana a
Príncipe Pio, lugar de acceso a la Casa de Campo. El lugar está completamente remozado, muy
diferente a como estaba hace unos años, muy apto para los viandantes y
ciclistas.
Entramos por dicha puerta al pulmón de la ciudad de Madrid,
la Casa de Campo, donde numerosos ciclistas circulaban por todas partes.
Tras recorrer el Paseo del Embarcadero hicimos nuestra
primera parada junto a El Lago, donde de nuevo volvimos a dejar constancia de
nuestro paso por allí haciéndonos fotos y mandando guasaps.
Junto a El Lago de la Casa de Campo
Fotos: Marqués y Profe
Pero allí no podíamos quedarnos, no era el lugar más
apropiado para tomar el platanito e iniciar la vuelta a casa. Y por ello,
propuse un destino, subir hasta el Telesférico en el cerro Garabitas donde
descansar para la vuelta.
Subimos unas rampas por caminos de tierra en dirección a
nuestro destino, aunque nos lo pasamos un poco de largo y tuvimos que volver
atrás unos pocos metros. Todo el recorrido lo podéis ver en el mapa adjunto,
por si hay incrédulos.
Recorrido hecho por la Casa de Campo
Imagen Google Earth
Una vez arriba y junto a los edificios del Telesférico,
hicimos la parada de descanso habitual para reponer fuerzas y para casa que
quedaba mucho por delante.
Bajamos directamente por una pista hasta la carretera que
nos iba a devolver a la zona de El Lago, en una zona que se llama el Pinar de
las Siete Hermanas, muy cercana al Parque de Atracciones. Una zona muy concurrida
en las noches por diverso tipo de fauna. Ya sabéis.
Bajo los árboles centenarios recorrimos un largo trecho
hasta llegar de nuevo a El Lago, aunque esta vez por el lado opuesto por el que
llegamos, para recorrer su borde y tomar de nuevo el Paseo del Embarcadero para
ir hacia la Puerta del Rey.
Por la arboleda de la Casa de Campo, desde el Pinar de las Siete Hermanas hacia El Lago
Foto: Marqués
Nos quedaba la vuelta por el Madrid Río, donde hicimos
breves paradas para hacernos más fotos, algunas entre las risas del personal.
Lo entenderéis al verlas.
Cruzando el Puente de Segovia y risas en los cerditos
Fotos: Marqués
Intentamos ir por la otra orilla del río demasiado pronto,
pues tuvimos que volver a la orilla derecha tras un intento de ir por la
izquierda. El estadio del Glorioso y la M-30 impiden el paso por esa zona.
Pasarela de la Y
Foto: Marqués
Una vez pasado el Vicente Calderón, volvimos a cruzar el río
para hacer la vuelta por la otra orilla, pasando por los chorrillos donde
hicimos una alto en el camino muy breve. Ahí nos indicaron amablemente que está
prohibido el acceso en bici a esa zona. Una pena.
En los chorrillos
Foto: Profe
A la altura del Matadero y la Casa del Reloj, la Junta
Municipal de Arganzuela, volvimos a cruzar el río para ya no para más y
retornar río bajo para dejar atrás el Madrid Río, la Ribera del Manzanares y la
sombra de los árboles que facilitaban nuestro transcurrir hacia Rivas.
Una vez cruzado el Manzanares, quedaba el desierto por
delante. El calor por esa zona era desesperante, aunque había que darle a los
pedales para dejarlo atrás cuanto antes.
El pelotón se partió en dos grupetes de dos miembros, los de
delante dándole fuerte y por detrás con un ritmo un poco más pausado.
En los Viveros Ángel, entró Josemari a repostar agua, el
resto agrupados seguimos hacia delante despacio para reagruparnos junto a la
Depuradora Sur-Oriental, la del arroyo de los Migueles.
Solo nos quedaba por delante la subida del pueblo, por las
calles que suben poco a poco para casa. Allí el pelotón se estiró sin remedio,
pagando unos la inactividad de meses y loskilómetros acumulados este día en
nuestras piernas.
Nos reagrupamos junto a una pequeña fuente junto al Auditorium
Miguel Ríos, donde refrescarnos por última vez antes de recorrer las últimas
rampas.
El final se hizo pesado, sobre todo por el calor
insoportable que hacía en el final de la avda. Pilar Miró, allí donde la
barrera y la pista blanca que recorre el pinar del Cerro del Telégrafo.
Llegamos a casa entorno a las 13:30 h, con 76 km recorridos
de una etapa que de nuevo se prometía de relajación y que al final se convirtió
en un infierno, ¡que calor colegas!
Eso sí, un recorrido con una parte novedosa y bonita de
verás, donde aunque no os lo creáis, disfrutamos como niños.
Hasta la próxima y buenas vacaciones a los que están en
ello.