21 de septiembre de 2014, yo no me llamo Javier

No teníamos claro donde salir este domingo en el que nos juntamos tres tocayos para la ruta dominical y en esos días que faltan los gallos al Profe se le enciende la lucecita y siempre acaba diciendo que nos vayamos por el Madrid Río a la Casa de Campo para hacer una etapa llana y con buenos paisajes por el camino. Paisajes de todo tipo, incluso de los que dan tortículis.
 
Así que de nuevo por la senda de los charcos nos fuimos pa Madrid.
 
La verdad es que por el camino de los charcos nos cruzamos todavía con más gente que la semana anterior, se hizo un poco pesado tanto cruce con ciclistas, incluso parece que nos cruzamos con Dario un amigo de Jokin que me debió reconocer, no entiendo porque ni como. ????? Y vosotros.....
 
A Elevator hubo que convencerle, no en ir en esa dirección que le gusta mucho, sino en llegar hasta la Casa de Campo. Cree que está demasiado lejos y eso alarga las etapas, aunque lo que alarga esa etapa son otras cosas que no vienen al caso.
 
Tras una intrépida etapa esquivando viandantes, ciclistas y demás fauna local, llegamos a la Casa de Campo. El recorrido por conocido por muchos, lo obviaremos.
 
 
Selfie del mini pelotón
Foto: Marqués


La parada del platanito junto al Lago, donde alucinamos un rato con los piragüistas que jugaban con una pelota para encestarla en una portería elevada del agua. No sabía como se llama ese deporte tan curioso y húmedo. La Wikipedia lo resuelve todo, se llama Kayak-polo. Si alguien quiere saber algo más, que no sea vago y se lo mire.
 
 
Kayak-polo
Foto: Marqués


La vuelta menos relajada que la ida, al menos una vez salimos del Madrid Río porque en ese tramo los de la tortículis se empeñaron en ir más despacio. Pero una vez en el campo abierto todo fue más rápido.
 
En el tramo de la senda de los charcos se puso en cabeza Elevator, parece que quería hacer de tope para mantener al mini pelotón a su ritmo y que el Profe no se fuera p'alante.
 
Llegamos a casa con 72 kilómetros en las piernas, ¿es mucho?, y nos fuimos al Chapu a tomarla. Dos de tres, eso si.

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