5 de julio de 2015, preparando la Škoda Gran Fondo Buitrago


Se nos planteó la increíble idea de hacer nuestra comida de confraternización anual en la serranía madrileña. Para ello la idea era hacernos una ruta por la sierra para después juntarnos en un restaurante para hacer una buena degustación de las delicias de la sierra de Madrid.

Además, como unos pocos miembros del pelotón se han apuntado a una jornada de ciclismo de montaña en Buitrago del Lozoya que mejor sitio que juntarnos que por esas tierras del norte madrileño y así hacer de conejillos de indias de lo que les va a tocar hacer a varios de nuestros compañeros después del verano.

El 12 de septiembre se celebra la primera edición de la Škoda Gran Fondo Buitrago MTB by Trek, una marcha cicloturista en mountain bike que nace con la vocación de convertirse en una cita de referencia en el calendario nacional.

GPS acompañado de Rafita hizo dos viajes esa misma semana, una tarde para revisar los primeros kilómetros y la mañana del sábado, el día de antes, donde hizo el resto. ¡Qué huevos tienes!

Ni corto ni perezoso nos liamos la manta a la cabeza un pelotón de 7 Nenazas y para allá nos fuimos.

De Rivas salimos 6 de nosotros montados en varios vehículos poco después de las 7 de la mañana, al que madruga alguien le ayuda. Hubo que levantarse un tanto pronto pues en la sierra nos esperaba Jokin, que pasaba la noche muy cerca de nuestro punto de salida.




Del viaje poco que contar pues la caravana de coches iba haciendo la goma ya que GPS se nos escapaba y hacia esperas jugando con las luces. Pa que jugar tan temprano.

Llegamos a Buitrago más o menos a las 8 de la mañana, y allí como un clavo nos esperaba Jokin que había hecho ya unos pocos kilómetros cuesta abajo hasta el aparcamiento.

No tardamos mucho en salir puesto que a las 8:15 el pelotón partía en dirección a una montañas muy altas que nos esperaban.




Antes de la salida
Fotos: Jokin

El primer tramo transcurre por una zona de fresnos y arroyos donde tuvimos que echar pie a tierra unas cuantas veces como ya nos había advertido GPS. Hay que cruzar unos arroyos pedregosos y no hay otra manera que ponerse a andar con la bici a hombros para dejar atrás las zonas más infames del recorrido.

Una pérdida de los más rápidos del pelotón, Jokin y el Hombre Volador, que se salieron de la ruta por listillos y tuvimos que esperar a que volvieran.

Una vez cruzados los pedregosos escollos, ya en vía pecuaria, recorrimos unas bonitas dehesas llenas de moruchas hasta que llegamos a San Mamés.

















Todo el pelotón
Fotos: Jokin y Josemari

Allí nuestra primera parada, pues una fuente en una de las calles del pueblo nos venía muy bien para refrescarnos y llenar a tope nuestros recipientes. Aunque alguno también aprovechó y metió la cabeza debajo del grifo para además de beber mojarse un poco.


Bebiendo en la fuente de San Mamés
Foto: Jokin

Era la hora de la verdad, donde empezaba lo duro, delante de nosotros la ladera de la sierra en todo su esplendor.

En las primeras cuestas coincidimos con otros locos como nosotros, un par de ciclistas que iban a su aire y otro que se unió a nuestro pelotón y completaría el resto de la etapa con nosotros.

Una parada en el límite con el bosque de pinos junto a una casa forestal, donde llegamos goteando según las fuerzas de cada uno pero sufriendo ya como cabrones. Y eso que eran las primeras rampas.












Entrando en el pinar
Fotos: Josemari

Siempre a nuestra izquierda el arroyo del Chorro, con la Chorrera de San Mamés a la vista, una pequeña cascada lanzando agua hacia el valle del Lozoya. Con una altura por encima de los treinta metros, se despeña al pie de la ladera del Lomo Gordo, de 2.075 metros, el último de los picos por encima de los dos mil del lado oriental de los Montes Carpetanos. La cascada forma el accidente más destacable de la amplia vertiente sur de esta montaña y es visible desde kilómetros de distancia. Una maravilla.





Embalse de Riosequillo al fondo, Valle del Lozoya
Fotos: Jokin y Rulo

Nos quedaban aun muchas empinadas cuestas, los más finos por delante en plan campeón y los más lentos sufriendo como pocas veces a trote cochinero cuesta arriba.














Subiendo cuestas
Fotos: Jokin

He de decir que tuvimos que echar pie a tierra en unas cuantas ocasiones, no es para menos, la inclinación está fuera del alcance de algunos de nosotros y no quedaba más remedio que empujar cuesta arriba sin reparos.

Subir, subir y subir. Hasta que en un cruce había una nueva reunión, había que descansar que todavía quedaban unos cuantos kilómetros hacia arriba.

Allí GPS nos comentó que la subida sería suave a partir de ese momento, pero la verdad es que tuvo mala memoria sin intención y aún nos quedaban unas cuantas cuestas por delante, la verdad que menos empinadas pero cuestas.

En todo el medio del pinar llegamos a una zona con un cortafuegos, alguno lo intentó subir en plan machote subido en su máquina pero creo recordar que todos hicimos o todo el cortafuegos o al menos una buena parte empujando a pie por la empinada rampa.

Ahí una nueva pista, ya estábamos arriba y habíamos llegado a la Horizontal de Somosierra, un camino de unos 49 kilómetros que transcurre por la vertiente meridional de la sierra entre el Puerto de Somosierra y el Puerto de Navafría. Nosotros accedimos a él por la mitad más o menos.

De nuevo el grupo se desmembró, con los más fuertes por delante, GPS guiando a los de atrás haciendo la goma, yo por el medio y a la cola del pelotón Rulo y Elevator.

Unos kilómetros más adelante GPS hizo espera en una maravillosa fuente con un estupendo pilón, los de delante ni la vieron y se la pasaron. Es que vais como locas. Pero allí nos juntamos los cuatro y repusimos fuerzas y sobre todo líquido. El agua fresca es lo que mejor sienta en esas ocasiones.



En la fuente
Foto: Rulo

De nuevo GPS tiró por delante dejando al terceto perseguido por atrás, yo volví a quedarme solo al no poder seguirle y mis compañeros quedaron por detrás.

Unos kilómetros después GPS estaba junto al camino para anunciarnos que merecía la pena subir por una pradera a la izquierda de éste y desde allí disfrutar del paisaje. Es el Puerto de la Linera (1.825 m.s.n.m.)

La verdad es que GPS volvía a tener toda la razón, las vistas hacia la provincia de Segovia era totalmente espectaculares. La temperatura muy buena, con un viento que hacía que la sensación térmica fuera muy agradable.






En el Puerto de la Linera
Fotos; Jokin y Josemari


Pudimos distinguir al fondo el casco urbano de Pedraza, famoso por su lechazo y más cerca algunos otros pueblos que posteriormente he visto que son Matabuena, Gallegos y alguno más que no recuerdo.  

Pero tocaba seguir y en este caso bajar. El camino hacia Villavieja del Lozoya se las trae, tiene unas rampas de escándalo con el suelo suelto y lleno de piedras. Para la mayoría del pelotón un tramo más del camino pero para mí y para Rulo un mal trago.

Nuestro respeto a las bajadas empinadas no nos dejó bajar todo el tiempo sobre la bici, tuvimos que echar pie a tierra en 4 o 5 ocasiones, es lo que hay. Y el resto del grupo esperando en algunos puntos para que no quedáramos rezagados.

Pronto llegamos a una parte con menos desnivel, cruzando la antigua línea del ferrocarril y al poco llegando al municipio de Villavieja del Lozoya. Precioso recorrido entre robles de nuevo.

Una vez en Villavieja, como la hora de la comida se nos echaba encima, nos salimos del recorrido. En vez de ir de este pueblo hacia San Mamés y hacer el camino de vuelta por donde subimos por la mañana, tomamos la carretera hacia Buitrago directamente para llegar más rápido.


Recorrido y perfil de la ruta
Imagen Wikiloc

Nuestro periplo acabo en el aparcamiento de donde salimos por la mañana, cansados como perros pero felices como perdices. Habíamos completado la ruta y por fin era el final.


Al final llegamos
Foto: Jokin


Nos quedaba lo mejor del día, la comida. Pasamos por la casa del suegro de Jokin, donde dejamos parte del parque móvil y nos fuimos al pueblo de La Acebeda. Allí tocaba el aseo en el lavadero municipal y maquearnos un poco para ir a la comida.







Aseo en el lavadero
Fotos: Rulo

De la comida decir que espectacular, todo buenísimo para no olvidar. Los judiones, el rabo de toro, los entrecots y como no el lechazo al horno del que disfrutamos hasta rabiar.











La comida
Fotos: Avispa y Josemari

Gran jornada de ciclismo de montaña de verdad, manjares de lujo en la comida, cerecitas fresquitas y todo ello regado por buen vino.

¡Qué más se puede pedir!

Los valientes participantes fuimos:

Rafa GPS, Jokin, Josemari el Hombre Volador, Luismi Avispa, Rulo, Javi Elevator y Marqués, el que os escribe.



Antes de comer
Foto: Avispa

Hasta la próxima compañeros.

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