Una etapa sin destino a la hora de la salida.Con un ligero retraso causado por un pinchazo en mi rueda de atrás causado por una enorme pua de una planta, salimos con dirección a Arganda.
Al poco de la salida y tras un corto recorrido por el Cerro del Telégrafo, sucedió la pérdida de la jornada. GPS y Trancas tiraron por delante y el resto del pelotón se quedó despistado. Una llamada telefónica y se volvimos a juntarnos.
Tras la bajada por las calles del pueblo y cruzar el puente del tren de Arganda, hubo algo de miedo en el personal causado por nuestras queridas avispitas. Alguna remoloneaba por el puente y el pánico se palpaba en el ambiente. ¡Con lo majas que son!.
Corre Luismi, que vienen las avispas
Foto: Trancas
Rulo cruzando el puente
Foto: Trancas
Marqués cruzando el puente
Foto: Trancas
Al cruzar Arganda, tuvimos que realizar una nueva parada, los retortijones me impedían seguir adelante y no hubo más remedio que realizar una rápida descarga tras una caseta-molino de una acequia de riego de la zona. Sin más comentarios.
Decimos subir al Rock in Rio, esta vez por una ruta nueva y bastante empinada, que muy a duras logramos subir, algunos mejor que otros.
Pelotón en el Rock in Rio
Foto: Marqués
Una foto oficial de la etapa en el Rock in Rio, además de otras dos más de lucimiento y risas.
Un jabalí, esta vez en el asfalto
Foto: Trancas
El pelotón
Foto: Marqués
Habia que seguir ruta hacia las canteras de Morata y la parte inicial estuvo adornada por unos maravillosos cardos que hicieron pupita en nuestros tobillos.
Pasamos por las canteras en un recorrido ya conocido por la mayoría del grupo, pasando el pelotón por un lugar de mal recuerdo para Chema, un puñetero agujero en medio del asfalto de la carretera junto al helipuerto de Morata.
El agujero que lanzó por los aires a Chema hace tres semanas
Foto: Marqués
La vuelta tras el refrigerio, de platanito y barrita, por la via verde. Nos salimos de ella en el puente metálico. Tras el descenso de la cuesta y la carretera de Chinchón, nos volvimos a juntar en la fuente del pueblo de Rivas.
El final, como no debe ser de otra forma, en el Camelot, donde nuestra camarera favorita nos atendió con buenas formas y nos ofreció ricas viandas que podreis ver en el reportaje fotográfico.
Lugar de peregrinación final, el Camelot
Foto: GPS
Nuestra camarera favorita, Daniela. Gracias por toda la buena atención que nos das..
Foto: GPS
Las tapas, nos faltó la foto de la paella pero había más hambre que otra cosa
Fotos: Marqués
Alguno más del pelotón se unió a nosotros en la terraza, pero eso es otra historia.
A los que quedemos. El domingo que viene, si no se dice lo contrario, nos vemos a las 8:00 h. en la plaza.
Marqués
Marqués
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