Poco poder de convocatoria tenemos últimamente, lo de la
etapa de Chinchón parece que fue un espejismo. En este domingo entre el frío
previsto y las circunstancias de cada cual, parecía que iba a quedar en un mano
a mano entre el Profe y yo. Menos mal que al final no fue así.
A la cita además acudieron Josemari, que faltaba desde hace
unas semanas, y Paco una de las últimas incorporaciones, en su segunda toma de
contacto con el grupo.
Salíamos de casa sin dirección fija, aunque pronto el Profe
propuso ir al Calderón, que es una de las etapas que más le gusta a un rodador
como él. Dicho y hecho, porque los deseos a veces son ordenes nos encaminamos
hacia el Manzanares.
Bajamos hasta el pueblo, para cruzar bajo la A-III y
dirigirnos hacia la Escuela de Protección Civil. Allí se acaba el asfalto, para
continuar por un buen tiempo por caminos de tierra.
El camino de los Charcos es la ruta habitual cuando subimos
hacia la gran ciudad. El primer escollo, como siempre, el arroyo de Valdemingómez.
Yo lo atravesé por el agua, el resto no querían mojarse los pies y lo hicieron
por los tablones de la izquierda. Nenazas.
Mapa Parque Lineal del Manzanares Tramo 3
Fuente; www.parquelineal.es
Numerosos Milanos reales, cigüeñas y gaviotas nos
acompañaban en el recorrido. El vertedero cercano es su fuente de alimento
durante el invierno.
Milano real
Foto: Marqués
Continuamos hacia delante, circulando en paralelo al antiguo
Canal del Manzanares, pasando primero la zona de charcos habitual para más
adelante llegar al siguiente arroyo, de nombre desconocido, en el cual no hay
más remedio que poner pie a tierra y cruzar empujando la bici.
Lo siguiente que nos encontramos a nuestra izquierda es la
Depuradora Sur, ya en término de Getafe, la finca de la Torrecilla de Iván
Crispín , la pedanía de Perales del Río y cruzar bajo los puentes de la M-50,
AVE y M-45, en la zona bajo Valdecarros y el Cerro de la Gavia. Una zona un tanto monótona
y degradada, pero que hay que cruzar si quieres llegar hasta Madrid.
Mapa Parque Lineal del Manzanares Tramo 2
Fuente; www.parquelineal.es
Al poco y una vez recorridos unos 22-23 kilómetros, se llega
al carril bici junto al río Manzanares, ya con suelo asfaltado por donde
circular mejor. En ambas orillas hay carril bici, al menos en los primeros
kilómetros, además resguardados por los árboles de ribera que están perdiendo
la hoja al ser otoño.
Pelotón de la jornada
Foto: Marqués
Tras cruzar el último de los puentes de la orilla izquierda,
toca circular por la derecha, no hay más remedio pues es la única forma de
continuar río arriba hacia Madrid.
Mapa Parque Lineal del Manzanares Tramo 1
Fuente: www.parquelineal.es
Junto al río Manzanares
Fotos: Marqués
Se cruza bajo varios puentes de la maraña de carreteras de
la zona para pronto llegar a la zona de la Caja Mágica. Ahí comienza el Parque
del Manzanares, junto al barrio de Villaverde Bajo, zona previa al Nudo Sur
donde ya entraremos en el Madrid Río.
Llegando a la Caja Mágica
Foto: Marqués
En el Parque del Manzanares
Foto: Marqués
Antes unas instantáneas con Madrid y la Sierra de Guadarrama
nevada, y aprovechar para el descanso, breve pero descanso en fin.
Tras atravesar el Nudo Sur se entra ya en el Madrid Río, la
zona urbana por excelencia en la ruta. Allí como es normal gente, mucha gente.
Esquivando paseantes, patinadores, ciclistas, etc.
Mapa del Madrid Río
Fuente: www.parquelineal.es
Profe circulando en el Madrid Río en la zona del Matadero
Foto: Josemari
Video por Josemari
Video por Josemari
Ya en esos momentos el Profe me sugirió no acabar en el estadio,
sino continuar hasta la Casa de Campo. No había problema y sin bacilar
cambiamos la vuelta a casa para unos kilómetros más adelante.
Tras pasar el Puente de Toledo una parada en el Calderón las
fotos de rigor, que los atléticos no se enfaden. El “pupas” este año está pletórico
y es una alegría para algunos.
En el Vicente Calderón
Fotos: Marqués
Nos quedaba pasar el Puente de San Isidro y el de Segovia,
la zona con mayor aglomeración de gente para llegar hasta el Puente del Rey,
donde entramos en la Casa de Campo por la puerta del mismo nombre.
Puente de Segovia
Foto: Marqués
Entramos por el Paseo del Embarcadero, para llegar hasta El
Lago. Esta vez decidimos subir al mismo lugar de nuestra anterior visita,
aunque por un camino distinto, más corto y más directo. Pasamos por las Pistas
de Tenis que hay junto a El Lago, para subir por la carretera hasta el Telesférico.
En la zona anexa al edificio del Telesférico, tal y como
hicimos en aquella visita hicimos la parada del platanito. Nos dedicamos a
reponer fuerzas comiendo, aunque Paco lo aprovechó para retocar la bici.
Asiento, inflado de ruedas y otras labores de mantenimiento necesarias para
seguir adelante.
Telesférico de Madrid
Fotos: Marqués
Sin mucho retraso partimos hacia casa. Bajamos hacia el
Pinar de las Siete Hermanas, cercano al Parque de Atracciones, para irnos de
nuevo por la Ronda El Lago junto al arroyo Meaques que desemboca en El Lago . Rodeamos este gran estanque por el lado sur para
encaminarnos de nuevo por el Paseo del Embarcadero y salir al Madrid Rio por
la Puerta del Rey.
Y ahora de vuelta para casa que eran las 12 en punto y
sonaban las campanas de la Catedral de la Almudena, que parecían decirnos que
fuéramos deprisa si no queríamos llegar tarde.
De vuelta de nuevo mucha gente en el recorrido aunque menos
ciclistas que a la ida. Se planteó cruzar a la otra orilla, pero seguimos por
la misma. Llegando al Puente de la Princesa la cantidad de gente había
disminuido notablemente y ya no dificultaba nuestra marcha.
El ritmo fue creciendo por momentos, estirando un tanto al
mino pelotón, dejando pronto atrás la ciudad de Madrid, la Caja Mágica y el
Parque del Manzanares.
Hicimos un receso al cruzar el puente para ir a la otra
orilla, había que compactar un poco al pelotón que Paco iba pagando la
montonera de kilómetros que ya llevaba en sus piernas. La falta de costumbre es
algo que solo se cura dando pedales y sufriendo sobre la bici.
Dejamos pronto atrás los cantiles de la Gavia, la M-45, el
AVE, la M-50 y también la Cañada Galiana, junto a la mencionada Depuradora Sur.
Nueva reunión en el arroyo si nombre aunque el Profe nos
dejó atrás impaciente por volver a casa. En la zona de charcos un pequeño
incidente, mi torpeza tras cruzar el charco más grande hizo que la rueda
trasera resbalara en el barro y al suelo entre las risas mías y las de Josemari
que venía a mi espalda y vio en directo la patochada.
En el arroyo de Valdemingómez nos esperaba el Profe e
hicimos una nueva reunión. Paco estaba muy tocado y preguntaba si quedaba
mucho. Pero Rivas estaba al frente, ya más cerca de lo que parecía.
Hasta poco antes de cruzar bajo la A-III fui tirando del
pelotón, con el Profe a mi rueda aprovechando el rebufo, vamos que iba de
cortavientos porque el viento del norte había empezado a soplar de lo lindo. Y encima riéndose.......
Al pueblo llegamos los tres juntos, con Paco rezagado y con
pocas fuerzas. Subimos por la ruta habitual los tres juntos y decidimos hacer
las cerecitas en el Bar Miró, en la avenida Pilar Miró. Un tanto por no tener
que bajar hasta el Chapu y otro por esperar a Paco, aunque ciencia a cierta no
sabíamos si iba a pasar por allí o no recordara el recorrido que hicimos en la
etapa que participó.
En la primera cerecita aparecía pedaleando a duras penas por
la avenida. ¡Qué bien le vino la parada, las viandas y las dos cerecitas que
nos tomamos! Igual sin ellas no hubiera llegado entero a casa.
Tras acabar con el refrigerio solo quedaba por delante subir
el resto de la avenida, subir hasta el pinar del Cerro del Telégrafo, el parque
y la calle de las Cañadas para llegar hasta casa.
Al final un recorrido de 75 kilómetros para rodadores sin
sobresaltos a modo de cuestorrones ni nada en cuesta salvo el pueblo.
Moraleja (para Paco): Hay que seguir las instrucciones de la
moraleja de la semana anterior, desayunar bien, comer y beber durante la etapa,
poner la bici a punto y sufrir, que sin sufrimiento no hay gozo.
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