1 de diciembre de 2013, al Telesférico de la Casa de Campo

Poco poder de convocatoria tenemos últimamente, lo de la etapa de Chinchón parece que fue un espejismo. En este domingo entre el frío previsto y las circunstancias de cada cual, parecía que iba a quedar en un mano a mano entre el Profe y yo. Menos mal que al final no fue así.
A la cita además acudieron Josemari, que faltaba desde hace unas semanas, y Paco una de las últimas incorporaciones, en su segunda toma de contacto con el grupo.
Salíamos de casa sin dirección fija, aunque pronto el Profe propuso ir al Calderón, que es una de las etapas que más le gusta a un rodador como él. Dicho y hecho, porque los deseos a veces son ordenes nos encaminamos hacia el Manzanares.
Bajamos hasta el pueblo, para cruzar bajo la A-III y dirigirnos hacia la Escuela de Protección Civil. Allí se acaba el asfalto, para continuar por un buen tiempo por caminos de tierra.
El camino de los Charcos es la ruta habitual cuando subimos hacia la gran ciudad. El primer escollo, como siempre, el arroyo de Valdemingómez. Yo lo atravesé por el agua, el resto no querían mojarse los pies y lo hicieron por los tablones de la izquierda. Nenazas.  

Mapa Parque Lineal del Manzanares Tramo 3

Numerosos Milanos reales, cigüeñas y gaviotas nos acompañaban en el recorrido. El vertedero cercano es su fuente de alimento durante el invierno.
 
Milano real
Foto: Marqués

 
Continuamos hacia delante, circulando en paralelo al antiguo Canal del Manzanares, pasando primero la zona de charcos habitual para más adelante llegar al siguiente arroyo, de nombre desconocido, en el cual no hay más remedio que poner pie a tierra y cruzar empujando la bici.
Lo siguiente que nos encontramos a nuestra izquierda es la Depuradora Sur, ya en término de Getafe, la finca de la Torrecilla de Iván Crispín , la pedanía de Perales del Río y cruzar bajo los puentes de la M-50, AVE y M-45, en la zona bajo Valdecarros y el Cerro de la Gavia. Una zona un tanto monótona y degradada, pero que hay que cruzar si quieres llegar hasta Madrid.

Mapa Parque Lineal del Manzanares Tramo 2
 
 
Al poco y una vez recorridos unos 22-23 kilómetros, se llega al carril bici junto al río Manzanares, ya con suelo asfaltado por donde circular mejor. En ambas orillas hay carril bici, al menos en los primeros kilómetros, además resguardados por los árboles de ribera que están perdiendo la hoja al ser otoño.
 
Pelotón de la jornada
Foto: Marqués


Carril bici junto al río Manzanares
Foto: Marqués

 
Tras cruzar el último de los puentes de la orilla izquierda, toca circular por la derecha, no hay más remedio pues es la única forma de continuar río arriba hacia Madrid.

Mapa Parque Lineal del Manzanares Tramo 1
Fuente: www.parquelineal.es


 
Junto al río Manzanares
Fotos: Marqués

 
Se cruza bajo varios puentes de la maraña de carreteras de la zona para pronto llegar a la zona de la Caja Mágica. Ahí comienza el Parque del Manzanares, junto al barrio de Villaverde Bajo, zona previa al Nudo Sur donde ya entraremos en el Madrid Río.
 
Llegando a la Caja Mágica
Foto: Marqués


En el Parque del Manzanares
Foto: Marqués

 
Antes unas instantáneas con Madrid y la Sierra de Guadarrama nevada, y aprovechar para el descanso, breve pero descanso en fin.


Llegando al Madrid Rio con Madrid y la Sierra de Guadarrama al fondo
Fotos: Marqués

 
Tras atravesar el Nudo Sur se entra ya en el Madrid Río, la zona urbana por excelencia en la ruta. Allí como es normal gente, mucha gente. Esquivando paseantes, patinadores, ciclistas, etc.

Mapa del Madrid Río
Fuente: www.parquelineal.es


Profe circulando en el Madrid Río en la zona del Matadero
Foto: Josemari


Puente del Matadero
Video por Josemari

Pelotón por el Madrid Río
Video por Josemari

 
Ya en esos momentos el Profe me sugirió no acabar en el estadio, sino continuar hasta la Casa de Campo. No había problema y sin bacilar cambiamos la vuelta a casa para unos kilómetros más adelante.
Tras pasar el Puente de Toledo una parada en el Calderón las fotos de rigor, que los atléticos no se enfaden. El “pupas” este año está pletórico y es una alegría para algunos.
 

En el Vicente Calderón
Fotos: Marqués
 
 
Nos quedaba pasar el Puente de San Isidro y el de Segovia, la zona con mayor aglomeración de gente para llegar hasta el Puente del Rey, donde entramos en la Casa de Campo por la puerta del mismo nombre.
 
Puente de Segovia
Foto: Marqués

Entramos por el Paseo del Embarcadero, para llegar hasta El Lago. Esta vez decidimos subir al mismo lugar de nuestra anterior visita, aunque por un camino distinto, más corto y más directo. Pasamos por las Pistas de Tenis que hay junto a El Lago, para subir por la carretera hasta el Telesférico.

Paseo del Embarcadero
Foto: Marqués

En la zona anexa al edificio del Telesférico, tal y como hicimos en aquella visita hicimos la parada del platanito. Nos dedicamos a reponer fuerzas comiendo, aunque Paco lo aprovechó para retocar la bici. Asiento, inflado de ruedas y otras labores de mantenimiento necesarias para seguir adelante.
 

Telesférico de Madrid
Fotos: Marqués
 
 
Sin mucho retraso partimos hacia casa. Bajamos hacia el Pinar de las Siete Hermanas, cercano al Parque de Atracciones, para irnos de nuevo por la Ronda El Lago junto al arroyo Meaques que desemboca en El Lago . Rodeamos este gran estanque por el lado sur para encaminarnos de nuevo por el Paseo del Embarcadero y salir al Madrid Rio por la Puerta del Rey.

Ronda Lago
Foto: Marqués

Y ahora de vuelta para casa que eran las 12 en punto y sonaban las campanas de la Catedral de la Almudena, que parecían decirnos que fuéramos deprisa si no queríamos llegar tarde.
De vuelta de nuevo mucha gente en el recorrido aunque menos ciclistas que a la ida. Se planteó cruzar a la otra orilla, pero seguimos por la misma. Llegando al Puente de la Princesa la cantidad de gente había disminuido notablemente y ya no dificultaba nuestra marcha.
El ritmo fue creciendo por momentos, estirando un tanto al mino pelotón, dejando pronto atrás la ciudad de Madrid, la Caja Mágica y el Parque del Manzanares.
Hicimos un receso al cruzar el puente para ir a la otra orilla, había que compactar un poco al pelotón que Paco iba pagando la montonera de kilómetros que ya llevaba en sus piernas. La falta de costumbre es algo que solo se cura dando pedales y sufriendo sobre la bici.
Dejamos pronto atrás los cantiles de la Gavia, la M-45, el AVE, la M-50 y también la Cañada Galiana, junto a la mencionada Depuradora Sur.
Nueva reunión en el arroyo si nombre aunque el Profe nos dejó atrás impaciente por volver a casa. En la zona de charcos un pequeño incidente, mi torpeza tras cruzar el charco más grande hizo que la rueda trasera resbalara en el barro y al suelo entre las risas mías y las de Josemari que venía a mi espalda y vio en directo la patochada.
En el arroyo de Valdemingómez nos esperaba el Profe e hicimos una nueva reunión. Paco estaba muy tocado y preguntaba si quedaba mucho. Pero Rivas estaba al frente, ya más cerca de lo que parecía.
Hasta poco antes de cruzar bajo la A-III fui tirando del pelotón, con el Profe a mi rueda aprovechando el rebufo, vamos que iba de cortavientos porque el viento del norte había empezado a soplar de lo lindo. Y encima riéndose.......
Al pueblo llegamos los tres juntos, con Paco rezagado y con pocas fuerzas. Subimos por la ruta habitual los tres juntos y decidimos hacer las cerecitas en el Bar Miró, en la avenida Pilar Miró. Un tanto por no tener que bajar hasta el Chapu y otro por esperar a Paco, aunque ciencia a cierta no sabíamos si iba a pasar por allí o no recordara el recorrido que hicimos en la etapa que participó.
En la primera cerecita aparecía pedaleando a duras penas por la avenida. ¡Qué bien le vino la parada, las viandas y las dos cerecitas que nos tomamos! Igual sin ellas no hubiera llegado entero a casa.
Tras acabar con el refrigerio solo quedaba por delante subir el resto de la avenida, subir hasta el pinar del Cerro del Telégrafo, el parque y la calle de las Cañadas para llegar hasta casa.
Al final un recorrido de 75 kilómetros para rodadores sin sobresaltos a modo de cuestorrones ni nada en cuesta salvo el pueblo.
Moraleja (para Paco): Hay que seguir las instrucciones de la moraleja de la semana anterior, desayunar bien, comer y beber durante la etapa, poner la bici a punto y sufrir, que sin sufrimiento no hay gozo.        

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