Había llovido por la noche,
aunque ninguno nos imaginábamos que la cantidad de agua caída pudiera ser tanta
como para conseguir lo que voy a relatar en esta crónica.
Nos juntamos 4 Nenazas,
para esta etapa dominical. Como ocurre últimamente, no teníamos idea de dónde
ir y el Gavilán que estaba de antojo propuso una etapita hacia Morata, un
pueblo que no nos suena de nada.
Por las calles de Rivas
camino de la laguna de El Campillo cierta humedad quedaba patente en el
asfalto, aunque seguíamos sin imaginarnos lo que nos vendría encima.
Allí nos cruzamos por
primera vez con los compañeros del MTR Rivas, que se concentraban en el
aparcamiento de este espacio natural.
Subimos por la carretera de
Chinchón, luego el Vaáamono, en pelotón más o menos compacto hasta llegar a la
zona más empinada de este camino e hicimos reagrupamiento en la parte alta de
este camino, junto al puente de hierro.
Manteníamos firmemente la
idea de ir a Morata, como decía antes Gavilán tenía ganitas de comerse unas
ricas palmeritas y en la elección del camino de acceso hasta este pueblo fue
donde cometimos el error que terminaría siendo fatal para el desenlace de la
etapa.
Decidimos ir por el camino
del Piolín, mira que es un camino que cuando llueve se pone fatal de la muerte,
pues sin pensarlo por allí que seguimos.
La primera casi sin
problemas pero al llegar a la zona del olivar junto a la cantera grande cercana
a la cementera nos cayó todo el peso del cielo sobre nuestras bicis.
El barrizal que se había formado
era épico, a duras penas podías pedalear y al poco ninguno podía seguir
adelante.
Bicis de Marques y de Jokin hasta arriba de barro
Fotos: Jokin y Marqués
Los de delante, Jokin y
Volador fueron los primeros en parar, la bici de Volador del atasco había
sufrido un percance de cierto alcance y la pieza que une el cambio a la rueda
trasera se había partido.
A duras penas llegó hasta
ellos Gavilán, pero pudo hacerlo. Marqués también llegó aunque empujando su
bici, el barro se metió por todas partes posibles de su bici y ya no podía
seguir dando a los pedales.
Delante del pelotón Nenaza otros dos ciclistas habían sufrido el mismo percance, la misma pieza rota, aunque debían llevar repuesto porque siguieron adelante muy rápidamente.
La bici de Volador había quedado prácticamente en dique seco, aunque una brillante idea surgió de la cabeza pensadora del pelotón, Gavilán. Sugirió corta la cadena y colocarla para que sin el cambio pudiera dar a los pedales.
Delante del pelotón Nenaza otros dos ciclistas habían sufrido el mismo percance, la misma pieza rota, aunque debían llevar repuesto porque siguieron adelante muy rápidamente.
La bici de Volador había quedado prácticamente en dique seco, aunque una brillante idea surgió de la cabeza pensadora del pelotón, Gavilán. Sugirió corta la cadena y colocarla para que sin el cambio pudiera dar a los pedales.
Así lo hicimos, desmontamos la cadena y a duras penas la montamos de nuevo con un eslabón de esos que dicen que son rápidos. Muy rápidos no son, aunque logramos ponerlos.
Reparaciones varias
Fotos Jokin y Marqués
En el intervalo de tiempo en
el que arreglábamos la MMR de Volador pasaron los del MTB de Rivas por nuestro
lado. Uno de sus ciclistas sufrió la misma avería de nuevo, era el cuarto en un
rato. La mayoría siguieron adelante aunque alguno se dio la vuelta.
El barrizal camino de Morata
Video por Jokin
Nosotros hicimos exactamente
los mismo, darnos la vuelta y además quedarnos
sin palmeritas. Salimos de allí a pie, por el borde de la cantera para escapar
hacia la cementera y la vía verde.
Huyendo del barroFoto: Marqués
El camino de vuelta fue
difícil, Volador tenía que detenerse de vez en cuando para recolocar su cadena
que se salía de su sitio quedando colgando.
Bajamos hacía Arganda, la
idea era limpiar las bicis en un lavadero de una gasolinera y se nos ocurrió
que el mejor sitio era la BP de la antigua N-III junto al polígono de Arganda.
Hasta allí llegamos
renqueando, la cadena no hacía más que dar la lata y poco a poco alcanzamos
nuestra siguiente meta volante.
En el lavadero no éramos los
únicos con la misma idea, un pelotón de ciclistas lavaba las suyas para
dejarlas impecables. Nosotros le dimos un poco a la pistola para dejarlas un
poco más limpias aunque sin mucho esmero que todavía nos quedaba sitio donde
volver a mancharlas.
En el lavadero de la BP en ArgandaFoto: Marqués
Seguimos hacia la Poveda y
sin cruzar el puente de las Avispas nos fuimos hacia Rivas por la margen
izquierda del Jarama para cruzarlo por el Puente de Arganda.
Una vez en Rivas Jokin subió
por los cortados y el resto por las calles, como solemos hacer siempre.
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