11 de septiembre de 2011, cuando falta el guía acabamos en el Cerro

La salida como es de rigor en los días del verano, que ya colea, a las 8 de la mañana, más o menos.


Como no vino GPS no había ruta preparada y claro al Cerro de los Angeles, lo tradicional.


Lo primero el despiste inicial, pues cuando llegábamos a la altura del rockódromo alguíen me dio el aviso, había salido sin casco. Como no era menester volverse y despertar al personal, se decidió seguir adelante.


La etapa ya la conoceis, pero esta vez hubo una pequeña variante porque al llegar al paso donde cruzar el AVE, nos encontramos con que el puente está a la mitad por obras y hubo que dar una ligera vuelta para llegar al otro lado.


Por el camino nos cruzamos con un tractor con un remolque llenito de melones y que melones oiga. Un tamaño que impedía llevarnos uno pero que daba ganas de hacerlo.


Una vez en ruta, la subida al cerro y la parada del platanito.


El Profe rezando, recordando sus tiempos de monaguillo
Foto: Marqués

Lemond en reposo y de risas
Foto: Marqués

Rulo haciendo gimnasia de mantenimiento y no perder tono muscular
Foto: Marqués


Lo que ocurrió ahí de momento es top secret, porque algunas fotos y algún video pueden ser cosa entre los que estábamos y poco más.


El platanito
Por Marqués

La vuelta de nuevo diferente. Intentamos ir por otro camino distinto y esta vez en vez de volver por donde habíamos venido, probamos a bajar por el carril bici de la carretera que va hacia Perales del Rio. Como tantos y tantos carriles bici de este país, de repente se corta y hubo que tomar caminos varios, una carretera tipo autovía y que se yo más cosas.


Al final de nuevo a las pequeñas pistas pero un por un problema de orientación y un poco de innovación, acabamos en Perales del Rio.


El pelotón con la iglesia de Perales del Rio al fondo
Foto: Marqués


Una vez allí tomamos el carril bici de la carretera de San Martín hasta enlazar de nuevo con el camino de vuelta, la pista esa que tanto le gusta a Lemond.


En ella un buen montón de ciclistas, coches y más coches, pero sobre todo dos abuelos en todo terreno que en vez de aminorar la marcha al pasar junto al grupo, nos pusieron el camino cubiertito de polvo, inrespirable, vaya ca.....s.


A mitad una paradita a tomar prestadas unas pocas mazorcas de maiz con las que alimentar al conejo de Lemond. Después del préstamo espero que al menos el joio conejo se las haya comido.


Rulo pillado in fraganti en el maizal
Foto: Marqués

Después de salir del maizal
Foto: Marqués

Del resto poco que contar, por muy conocido. Y el final como es de rigor en el Camelot para el piscolabis final.


Marqués en Casa Eulogio
Foto: Rulo


Lo que pasó por la tarde en la fiesta de despedida de la piscina comunitaria es otra historia, solo para los que quisimos o pudimos juntarnos.


Ya lo sabeis y no voy a insistir más. Alguno ni se acordará tal y como acabó la tarde.

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