24 de febrero de 2013, embarrados entre Campo Real y Valdilecha

Seguimos sin poder de convocatoria, al igual que en la jornada anterior unos poquitos nos decidimos a salir a pedalear.  ¿Qué os pasa?


Que si hace frío, que si me duele la cabeza, que si voy a salir y luego no lo hago, que si me doy una vuelta cerca de casa, que si tal, que si cual. El caso es que solamente 6 Nenazas nos plantamos encima de la bicicleta a las 9:00 h. en busca de la ruta que GPS nos había preparado a conciencia y que se había resistido hasta la fecha.

El día estaba fresquito, aunque no tanto como se pronosticaba previamente. Apenas sin viento o quizás sin él, a primeras horas de la mañana. Quizás estábamos bajo 0, no lo sé, pero la verdad es que no se notaba demasiado y no era excusa para no haber salido de la cama uniéndose al grupo.

La salida hacia el pueblo, donde recogimos a Caracol al paso por el Miguel Ríos, para lanzarnos hacia la laguna de El Campillo a tumba abierta. Cruzando el puente de las Avispas para llegar hasta La Poveda, donde iniciaríamos la subida por la vía verde.

Justo a la mitad de la subida hasta el Hospital del Sureste, giramos a la izquierda justo antes de llegar al lugar de la primera toma de contacto de Clavi con el duro suelo, donde la mancha amarilla sobre el carril bici para más señas. Ahí entramos en el polígono de Arganda, por donde circulamos para subir hacia la urbanización Los Villares, también en Arganda del Rey.

Una vez en la pista blanca por la que subimos también en la etapa anterior, y nada más pasar bajo el viaducto de la R-III, giramos de nuevo a la izquierda por un camino por el que alguna vez subimos, sobre todo muy recordado por una enganchona con un cazador vejete con el que crucé algunas palabras hace ya tiempo.

Todos estaban convencidos en seguir hacia arriba, aunque las rampas empezaban a empinarse y ya costaba seguir hacia arriba. Por si lo recordáis mejor, es el camino donde el Sargento y Clavi hicieron una de las primeras rutas con el pelotón Nenaza. Esa en la que al llegar a la mitad de la subida, GPS dijo unas palabras para explicar que subiendo por la izquierda lo que quedaba hasta arriba era más largo pero menos empinado y por la derecha era más corto pero mucho más duro.  Recuerdo que por la izquierda subimos el Sargento, Clavi y yo mismo, y que el resto lo hicieron sin dudarlo por la derecha, con un par.
 
Pelotón de la jornada
Foto: Marqués


Jamones en la subida a Campo Real
Foto: Holandés

Cambio de aguas 
Foto: Marqués

Esta vez no hubo lugar a la elección, pues tocaba subir por el camino de la derecha y así lo hicimos todos sin rechistar. Pero amigos, que nada más hacer un par de cientos de metros más o menos si no me falla la memoria, una vista brutal se ponía delante de nuestros ojos.
 

La gran cuesta hacia Campo Real
Foto: Marqués

Ahí Jamones y Elevator, que habían sido convencidos para subir hasta Campo Real, se lo pensaron mejor, sobre todo por parte del segundo por matizar un poco más, decidieron hacer regreso y no seguir adelante.

Holandés y GPS ya estaban a mitad de la subida. Allí fue la despedida de los prófugos, siguiendo adelante Caracol y el que escribe, a duras penas hacia arriba. Holandés subió sin pensárselo mucho, su nueva montura da pa'eso y pa'más, GPS tuvo que bajarse porque se le salió la cadena y los otros dos también nos bajamos en la rampa más empinada. Y arriba en el cruce con el camino del Botillo, nos juntamos los cuatro de nuevo.
 




Llegando hasta lo alto
Fotos: Holandés

Nos quedaba un pequeño tramo suavecito hasta Campo Real, y a partir de ese momento venía la parte nueva, esa que GPS nos preparó y no habíamos sido capaces de llegar a ella en las últimas etapas.

El primer tramo discurría por la carretera que une esta localidad con Perales de Tajuña, aunque nada más pasar unas naves industriales de Campo Real, giramos a la izquierda para entrar en los caminos que surcan la gran explanada situada entre este pueblo y Valdilecha. Es la gran explanada donde el Ministerio de Industria quería ubicar el nuevo aeropuerto de Madrid y que afortunadamente la idea se abandonó. Un gran deterioro ambiental amenazaba la zona y como he dicho alguna que otra vez, el fin no justifica los medios.
 
Una gran trampa teníamos por delante, pues los caminos estaban para cualquier cosa menos para circular por ellos. Un gran barrizal de arcilla y piedrecitas adornaba el suelo por donde pasábamos. Entre charcos helados y barro pastoso circulamos un buen rato, nuestras bicis parecían tractores de fangueo en L’Albufera de Valencia, embozando nuestras ruedas y cambio de forma asombrosa tanto que dificultaba enormemente el pedaleo. Un barro seguro excelente para hacer botijos, madre mía.
 



Fangueo de los arrozales en L'Albufera de Valencia
Fotos: Marqués


Caracol embarrado, por los llanos de Campo Real
Foto: Marqués



Las bicis embarradas. Marqués y Holandés
Fotos: Holandés

La sorpresa ornitológica de la jornada, como ya le había yo anunciado a GPS, fue la visión de un bando de Avutardas que se levantó en vuelo delante de nosotros. Creí contar alrededor de 50 ejemplares volando espantadas de nuestra presencia, Esos llanos son un lugar donde están presente en una cantidad apreciable, siendo esta una especie de fauna protegida y muy llamativa sobre todo por su gran tamaño.
 
Avutarda
Foto: Marqués

En esa zona el viento empezó a soplar más de lo que queríamos, además GPS erró en la elección de camino, desviándonos bastante hacia el este y saliendo muy cerca de la localidad de Valdilecha, a menos de 500 metros. Allí no había más remedio que recuperar el camino apropiado circulando por la carretera M-229, la cual con bastante viento de por medio nos condujo hasta el camino correcto que nos llevaba en dirección a  Perales de Tajuña.

Un poco más adelante, tras los primeros 40 kilómetros recorridos, hicimos la parada del platanito, había que reposar y recuperar fuerzas y energía. Dimos cuenta de lo que quedaba del termo de caldo calentito que llevaba Holandés, y que os aseguro que recompone las fuerzas y sabe a gloria.
 

Foto de parada del platanito. Lo siento Rafa te dejé fuera.
Foto: Marqués

Allí en buena armonía decidimos no bajar a Perales porque la etapa iba a ser demasiado dura y cambiar nuestra ruta para dirigirnos hacia el Rock in Rio de Arganda. El problema es que dicho lugar aunque a la vista, estaba aun muy alejado de nosotros. El camino por donde íbamos nos condujo hasta la cercanía de la A-III, muy cerca de la gasolinera de REPSOL que hay en la cuesta que sube desde el rio Tajuña. Allí recorrimos un camino que zigzaguea junto a la autovía de Valencia, hasta llegar a la carretera que une a Perales con Campo Real.

Todavía nos quedaba mucho por delante, el Rock in Rio estaba lejos aun, y cogiendo esta carretera hacia Perales, cruzamos bajo la A-III y girando a la derecha llegamos hasta la zona de conciertos de Arganda.

Nos quedaba mucho por delante y las fuerzas de alguno estaban muy perjudicadas, así que la decisión correcta fue bajar directamente por los caminos que rodean a dicha autovía, ese que paso junto al área recreativa de la Fuente del Valle, para llegar hasta la vía verde que nos llevaba hasta el hospital de Arganda.

Desde allí la ruta habitual por el polígono hasta contactar de nuevo con el carril bici, para llegar hasta La Poveda. Solo nos quedaba por delante recorrer la margen izquierda del Jarama, sin cruzar el puente de las Avispas para llegar hasta el Puente de Arganda donde nos juntamos por última vez.

Ahí ya no había amigos, cada uno seguiría adelante como pudiera, con Holandés por delante, GPS y yo por medio, y Caracol muy cansado cerrando el pelotón.

Subiendo por las calles del pueblo hubo desbandada absoluta, el de delante desapareció sin remedio, GPS se quedó hablando por el móvil y el que habla fue secuestrado en la avd. Pilar Miró para ver la nueva casa de unos amigos.

Así que tras 72 km. recorridos, la etapa se daba por concluida. Sé de buena tinta que algunos se juntaron en el Camelot, imagino que solo un ciclista y los demás sin duda fueron de los que se quedaron al calorcito de la camita, ya os vale.
 
Ruta de la jornada, que salvo error u omisión he sacado en Google Earth
Por Marqués

Y un apéndice especial para Holandés, que con su nueva montura de carbono no os va a dejar  todavía más alejados de su rueda, pero eso es algo que hay que verlo en directo y no desde la cama.
 
Holandés
Foto: Marqués

Bueno, que si queréis, podéis u os apetece, elegir lo que sea conveniente, el domingo haremos una nueva ruta si el tiempo nos deja, por supuesto.

Ciao Nenazas

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