Habíamos convocado la etapa para esta mañana de domingo y
cuando salía el sol la niebla impedía ver las cosas que pasaban con claridad. Y
cuando eso ocurre, ya sabéis, el paseo de gorilas en la niebla.
No teníamos claro a donde ir, en un principio se propuso
tirar para Campo Real, que hace mucho tiempo que no vamos. Pero a la vista de
una reincorporación al pelotón, parecía un poco duro hacer esta etapa.
Recogíamos a Caracol cerca del Miguel Ríos, el reincorporado
del que hablaba. Llevaba 5 meses de nada sin montar y eso pasa factura a
cualquiera. Así que decidimos hacer una menos dura.
Cantiles del Manzanares, al atardecer de esa misma tarde
Foto: Marqués
Foto: Marqués
Llegamos casi a la laguna de El Campillo todavía con idea de
subir hacia Campo Real, pero ahí todo cambio. Tuvimos que regresar hacia la
estación de Metro de Rivas pueblo para tomar la dirección pactada, iríamos
hacia la Warner y ya veríamos donde ir después.
Camino de Protección Civil todo estaba muy neblinoso, vamos
que no se veía nada de nada. Por la carretera las 29er iban a todo trapo,
dejando atrás a los de ruedas chicas.
Cruzamos el puente del río Manzanares en Casa Eulogio y como
siempre un alto para pasar la barrera que corta el paso hacia el camino de los
cortados.
Paco era novato en esta ruta, y aun no conoce los cantiles
del Jarama-Manzanares. Pasar junto a ellos, pasó, pero verlos ni por asomo, la
niebla era tan espesa que no había manera de atisbar ninguna zona en todo el
recorrido. Paco te juro que los ríos Jarama y Manzanares se funden allí,
palabra de Nenaza.
Junta de los ríos Jarama-Manzanares con el desprendimiento al fondo, en esa misma tarde
Foto: Marqués
Foto: Marqués
Entre foto y foto me retrasé un poco, ya sabéis me pierde el
tema fotográfico, y el grupo tuvo que esperarme al llegar al desprendimiento.
Gorilas en la niebla, telarañas y otros aspectos de la rutina diaria del
ciclismo en mountain bike.
Telaraña con rocío de la mañana
Foto: Marqués
Foto: Marqués
Una vez superado este escollo en vez de seguir hacia la Warner
por la pista asfaltada elegimos el camino situado junto al Canal que sale desde
la Presa del Rey. En la Presa un recuerdo a mi primera caída, un ostión en las
piedras del principio de este camino, no se me olvidará.
Junto al canal circulamos una buena cantidad de kilómetros,
aunque Caracol no lo sabía es una ruta plana que esquiva las subidas y bajadas
que hace la carretera asfaltada, además en esta época los temidos abrojos
parece que han desaparecido.
Fotos: Marqués
Pelotón de la etapa
Foto: Marqués
Foto: Marqués
Así llegamos a la zona de Gózquez de Abajo, donde giramos
hacia la derecha para reincorporarnos a la pista asfaltada. Allí nos despedimos
de Caracol que ya era bastante para una reincorporación tras su periodo de
inactividad. Así seguimos adelante en busca de la Warner.
Una vez en la carretera de San Martín de la Vega, la cosa ya
estaba clara, internarnos en Gózquez de Arriba por la pista que rodea al pinar
y tomar dirección hacia el vertedero de Pinto.
Este camino estaba mucho mejor que la última vez, la tierra
ya no está suelta, se ha compactado perfectamente para que el rodar de las
bicis sea muy cómodo y placentero.
La parada del platanito con el pinar a nuestra derecha y los
campos de cultivo a la izquierda. Los que conozcáis la zona recordaréis donde. La
niebla ya había desaparecido y como dice el refrán “mañanita de niebla, tarde
de paseo”. Un espléndido sol adornaba ya sobre nuestras cabezas.
En los pinares de Gózquez
Foto: Marqués
Foto: Marqués
Un novato para este camino, aunque parece raro, es Avispa.
En las tres ocasiones anteriores en las que ya hemos circulado por este camino,
no compareció por lo que no conocía la ruta.
En las cercanías del vertedero de Pinto hay una rampa
empinada de unos 150-200 metros, algunos la habéis sufrido ya. Avispa avisado
con antelación la tomó como el resto del grupo y ninguno tuvo que bajarse de la
bici, llegando arriba todo el pelotón a golpe de pedal y sin poner pie a
tierra.
Nos quedaba poco para llegar de nuevo a la carretera de San
Martín de la Vega, con unos pocos charcos por medio, que fueron esquivados sin
alterar el ritmo de los ruteros.
Ya en el carril bici de esta carretera nos quedaba bajar a
tumba abierta camino de La Aldehuela, la finca situada junto a la ribera del Manzanares
siempre lugar de encuentro con cigüeñas y vacas bravas.
Hay que cruzar la carretera para coger el camino que nos
lleva hacia casa. Un camino un tanto coñazo que todos conocéis. En sus primeros
kilómetros con un firme un tanto rizado, lleno de ondulaciones que no dejan ir
a la velocidad más adecuada para un lugar como éste.
Junto a la Depuradora de ACCIONA una paradita, una vaca
bebía agua en el canal de salida de las aguas que pasan por ella. Y encima
algún ciudadano tendrá que comérsela cuando la hagan filetes. Mejor ni pensarlo.
La vaca de la depuradora
Foto: Marqués
Foto: Marqués
Hacia delante e pelotón estaba dividido, con Jokin en cabeza
como siempre, Paco por medio, a cola Avispa y un servidor.
Destacar de nuevo una zona de este camino, el tramo más
jodido de todos. En la última zona antes de llegar a Casa Eulogio la zona que
cuando está seca tiene grandes baches a modo de bañeras estaba completamente
enfangada y resbalosa.
Mucho cuidado para atravesarla, esquivando chacos y
barrizales en todo momento. Aunque en uno de los últimos charcos antes de
llegar a Casa Eulogio, el más grande y ancho de todos, Avispa eligió el lado
derecho para atravesarlo. Yo en plan campeón tiré de frente y por el medio.
Me acordé del Profe, en la etapa en la que fuimos a Aranjuez pues cuando me adentraba en su interior aquello empezó a bajar llegando el nivel del agua a tapar media bicicleta ante la atónita mirada de Avispa. Menos mal que di una potente pedalada y salí del charco sin caerme, la cosa hubiera estado peor si hubiera tenido que poner pie a tierra en medio de aquel pozo. Una suerte atravesarlo sin parar aunque mis pies se llenaran de agua.
Me acordé del Profe, en la etapa en la que fuimos a Aranjuez pues cuando me adentraba en su interior aquello empezó a bajar llegando el nivel del agua a tapar media bicicleta ante la atónita mirada de Avispa. Menos mal que di una potente pedalada y salí del charco sin caerme, la cosa hubiera estado peor si hubiera tenido que poner pie a tierra en medio de aquel pozo. Una suerte atravesarlo sin parar aunque mis pies se llenaran de agua.
Nos juntamos de nuevo junto a la curva antes de llegar a la
barrera, para atravesarla todos juntos. Allí un grupo de ciclistas se cruzaban
con nosotros.
En el resto de la ruta hasta el pueblo de nuevo Jokin encabezaba
el grupo, con Paco de nuevo en el medio y el dueto perseguidor por detrás. Qué
bien se va a rebufo, ¿verdad Avispa? Se me colocó a la espalda en todo el recorrido
resguardado detrás de mí, haciendo más fácil el pedalear a mi estela.
Junto a la estación del Metro de Rivas pueblo nos juntamos
de nuevo. Jokin nos avisaba que tenía intención de subir un tramo de los
cortados y se fue hacia la laguna de El Campillo.
A Paco le perdimos
por delante cuando empezó la subida del pueblo por otra calle de la habitual,
con el dueto al tran tran camino de nuestra meta.
Una vez pasado el auditórium Miguel Ríos y entrados en la
avenida Pilar Miró nos alcanzó de nuevo Jokin, que había hecho la ascensión de
la laguna. En ese momento nos cruzamos con Clavi que disfrutaba de una pequeña
ruta por las calles del pueblo en compañía de su hijo.
Una corta charleta y a seguir hacia delante que nos quedaba apenas
3 kilómetros para llegar al final de la etapa.
Avispa arrancó antes, Jokin pletórico de fuerzas tiró en su
busca y le adelantó, Yo perdí un poco de fuelle y quedé un poco retrasado,
llegando al final de la etapa en solitario en última posición.
Concluimos una etapa de 60 kilómetros en el Champu, que si no, no es igual. Allí vino a saludarnos el
Hombre Volador, que cumple periodo de descanso por enfermedad desde hace unas
semanas. Además era su cumpleaños y ya sabéis, el que cumple paga. Así se pagó
una ronda como es de rigor. A otros les esperamos para otro día.
Ruta y perfil de la etapa
En wikiloc por Avispa
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