13 de noviembre de 2011, por las lomas de Morata y la vega de San Martín

Se iniciaba accidentada la mañana, Antonio al ir a salir de casa, se encontró con una rueda pinchada. Tardó un buen rato en arreglarla, pues intentó poner una cámara rajada o la rajó en el intento de ponerla. Por la tanto la salida se retrasó hasta las 9:25 h.

Nueve valientes nos dimos cita en el evento, que en un principio y por la ruta que había preparado concienzudamente GPS, estaba destinada a una gran etapa nueva en una gran parte y con una longitud aproximada de 80-85 km. Una excursión hasta la laguna de San Juan en la vega del Tajuña en Chinchón, para llegar a Titulcia y de regreso por las lomas en zonas nuevas prospectadas por GPS y Rafita.

El caso fue que entre lo retrasos y el miedo a llegar a las 3 de la tarde, la ruta fue cambiada como ya contaré más adelante.

   
Video del paso por la avenida de Juan Carlos I, en Rivas
Autor: Josemari

La salida como viene siendo habitual, por detrás del Cerro del Telégrafo, hasta la Laguna del Campillo, la carretera de Chinchón y el muy conocido "camino vaaámono".

El grupo fue más o menos compacto hasta las primeras rampas del camino, con un Lemond pletórico por delante del grupo, en busca de quien sabe quien. Bueno él si lo sabe, o lo supo cuando llegaba a la parte más alta.

Trancas, Calzas y GPS en la cuesta vaaámono
Fotos: Lemond

Una vez llegamos todos a la via verde de Morata donde se realizó la primera foto de grupo. Llegamos todos hasta la cementera y a partir de ahí nos quedamos solo siete en el pelotón.

Pelotón bajo el puente metálico de la via verde de Arganda del Rey a Morata
Foto: Marqués
 
Antonio y Elevator volvieron por el mismo camino divirtiéndose un rato en la bajada, ya que la hicieron a todo trapo (40 km/h)....una pasada. Casi se tragan a un ciclista, en una curva y tuvieron que esperar que se apartara un rebaño de ovejas, pero llegaron bien tras unos pobres 40 km. si lo comparamos con los 60 realizados por el resto.

Subimos un trozo de la via verde hasta la cementera de Morata donde adelantamos a un grupo de patinadores/as, mucho ritmo llevaban.

Pero una vez llegamos a la cementera y visto lo que nos quedaba por delante, decidimos cambiar la ruta, quedaba mucho por delante y poco tiempo para hacerlo entero. Además, la mayor parte del grupo no estaba por la labor de continuar y menos mal dado a la hora que llegamos después.

La ruta a seguir pasó por el monumento de los caídos republicanos de la guerra civil que la mayoría ni lo verían, y de nuevo en manos de GPS, que como bien matizó Calzas después, nos castigó con una bajada de las que tanto le gustan, medio por campo a través y un tanto accidentado. Como alguno ha dicho después: "muy, muy divertido".

Lo de divertido sería para otros, porque Josemari y yo mismo, dimos con los huesos contra el suelo entre baches y piedras. Pero la cosa no fue a mayores.

Josemari me espero tras las caídas, y todos nos juntamos un poco más adelante junto a una cadena pegada a la carretera que sube desde el cruce de Vallequillas hacia Morata y Chinchón, donde casi ocurrió un percance de más importancia.

Llegada a la carretera de San Martín a Morata
Fotos: Trancas

Para continuar adelante, tuvimos que subir un pequeño tramo de carretera empinada y cruzarla para tomar una nueva senda. Allí y cuando yo la cruzaba, una moto que subía haciendo curvas y yo nos esquivamos por poco, o eso me dijeron los que vieron pasar la moto muy cerca de mi. Había una curva por medio y no la vi venir, creo que me salvo el cruzarme al carril de bajada porque sino......

La ruta siguio adelante tomando un camino conocido y recordado, ¿o quizás no?, por algunos del grupo. Curiosamente uno de los que faltaba y que se recupera de la operación de menisco, tuvo una caída por encima de una cadena, que le dejó sin memoria momentaneamente. Nos hicimos una foto de grupo junto a ella, que es conocida como la "cadena del Holandés" en los anales de la historia de los Nenazas.

Pelotón en la "cadena del Holandés"
Foto: Marqués
 
Continuamos hacia abajo por la urbanización de Vallequillas, para tomar el platanito en el bar junto a la carretera, allí donde Lemond vino a recoger a Jokin en aquella jornada fatídica.

La vuelta, tras cruzar el puente sobre el Jarama y atravesar la vega del Jarama en San Martín de la Vega, por la carretera de la Presa del Rey, la que nos lleva y nos trae habitualmente hasta la Warner.

Una parte recorrida a un ritmo considerable, que me dejó tocado, pues aguanté hasta la Presa del Rey con el grupo y lo perdí hasta que fui esperado en la barrera de Casa Eulogio, donde las vacas bravas pastan a sus anchas.

El resto ya lo conoceis, grupo estirado en la subida del pueblo hasta casa y el final para algunos en el Camelot con los ya nombrados 60 km. en nuestras piernas, donde nos juntamos solo cuatro del grupo. Muy buenas las tapas de nuevo, con paella y un revuelto de morcilla esquisito, que GPS ni probó, no dieron con su gusto.

Anímo para el dolorido operado y nos vemos el domingo a las 9 de la mañana.

1 comentario:

rulo de rivas dijo...

Como siempre una gran crónica y las fotos, sobre todo la famosa cadema del tio Joaquín, que yo no la conocía.