30 de octubre de 2011, la vuelta a la Marañosa buscando suelo seco

Tras el cambio horario, amanecía una día despejado, como si no llegaran todavía los fríos del invierno. Con una semana un tanto húmeda y lluviosa, el pelotón se acojonó un pelín por miedo al barro y decidió realizar la etapa por suelo firme.

La etapa prevista fue salir por los cortados del Manzanares-Jarama hasta las estribaciones de la Warner.

Cortados en la junta de los rios Jarama y Manzanares
Foto: Marqués

Ocho valientes, ocho, salimos de buena mañana en esa dirección bajando al pueblo tras rodear el Cerro del Telégrafo. Cuando llegamos al Auditorio Miguel Ríos, vino el primer pinchazo de la mañana, una rueda de Josemari perdió aire y tuvo que cambiar de cámara.

El pinchazo de Josemari
Foto: Marqués

La inercia de otros días nos hizo continuar las calles hasta el Polideportivo del Parque del Sureste, como si fueramos camino de la laguna de El Campillo, por lo que hubo que hacer una pequeña vuelta.

Luego como tantas y tantas veces, carretera adelante hasta el edificio de Protección Civil, para cruzar el rio Manzanares por la finca de casa Eulogio y girar rio abajo en busca de la junta de los ríos y el desprendimiento

Allí las dos primeras bajas, Antonio y Juanma se daban la vuelta, aunque al segundo el cuerpo le pedía un poco más. Parece que tuvieron un buen regreso y llegaron a casa como auténticos jabatos.

Antonio y Juanma antes del regreso
Foto: Marqués

Pelotón en el desprendimiento
Foto: Marqués

El resto continuamos ruta para bajar hasta la Presa del Rey, no sin antes cruzarnos con un pequeño grupo que estorbando un poco hizo desmoronar a la parte de atrás del pelotón.

La parada del platanito en el final del camino junto a la carretera de San Martín.

Salva y Calzas llegando al platanito
Foto: Lemond

Josemari llegando al platanito
Foto: Lemond

Marqués llegando al platanito
Foto: Lemond

Video del platanito
Por Luismi Lemond

La cruzamos y entramos en el pinar del Caserio de Gozquez de Arriba, donde vino el segundo pinchazo de la mañana. Llevabamos muchas jornadas sin pinchazos y Calzas tuvo que hacer lo mismo que Josemari.

El pinchazo de Calzas
Fotos: Marqués

La ruta continuó por el pinar hasta subir al carril bici de la carretera de San Martín, carril por el que bajamos hasta coger el camino de vuelta hasta el puente del Manzanares de nuevo en Casa Eulogio.

Allí y en pelotón llegamos hasta Rivas pueblo, donde se acabó la tregua y como siempre, cada uno como pudo, para juntarnos algunos a tomar las "cerecitas" en el Camelot y completar un recorrido de 60 kilómetros, casi 40 si lo contamos en las millas que marca mi cuentakilómetros.

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