Amenazaba
la noche anterior con una tormenta en forma de granizo de los que quitan el
hipo, con algunas piedras del tamaño de una pelota de tenis, al menos eso nos
aseguraba el Sargento, que incluso
inmortalizó uno de ellos. Como decían aquellos conocidos habitantes de una pequeña
aldea gala que resistía a las envestidas de las tropas romanas, por Tutatis parecía
como si el cielo se cayera sobre nuestras cabezas.
Uno de los granizos
Foto: Sargento
Un día más de esos de los que a falta de guía,
no sabemos dónde ir, a las 9 de la mañana, con una temperatura entorno a los 4º
C, nos juntábamos 9 empedernidos de la rueda en busca de una nueva etapa.
La salida se hizo algo de rogar, entre la espera de
uno al que se le debieron pegar las sábanas y la duda de nuestro destino,
retrasamos algo el contacto con el asfalto.
Al final decidió Rulo,
empeñado en hacer una etapa plana nos hacía bajar hacia la vega del Jarama por
el Cristo de Rivas en dirección a San Fernando de Henares. Una bajada un tanto
más relajada que otras veces, dado que en esta ocasión el suelo se mantenía todavía
mojado tras la citada tormenta nocturna. Una caída no era lo más apropiado en
dicha bajada.
Pronto estábamos junto a la depuradora de Casaquemada
y el Puente del Moco, al que llamabamos Golden Gate, ese que cruza el
Jarama hacia la finca de la Guindalera. Aunque esta vez no tocaba cruzarlo, pues nuestro camino no iba dirigido
hacia Torrejón de Ardoz, sino río arriba camino de La Muñoza en el aeropuerto
de Barajas.
La ruta continuó por el paseo de los Plátanos y tras
girar a la izquierda por el paseo de los Chopos, para llegar casi hasta la
glorieta de Europa, donde cruzamos el parque y sorteamos la carretera que une a
ésta localidad con la M-50 y Torrejón. Dicho tramo discurre entre campos de
cultivo y chabolas, estando lleno de charcos y barro producto de las lluvias
nocturnas.
Siguiendo río arriba llegamos hasta el Estadio
Municipal de San Fernando, zona polideportiva situada junto al río, muy cerca del
Barrio de la Estación de Coslada. Recordar que ambos municipios están unidos, con una calle que los separa físicamente.
A cada lado de ella, el pueblo es diferente.
Volviendo a nuestro recorrido, la ruta continua
siempre junto al Jarama, pasando bajo la vía del tren de cercanías, para cruzar
sobre la M-21 y la A-2, encaminándonos hacia la vía pecuaria SR-71, que rodea
al aeropuerto de Barajas, en la zona de La Muñoza.
Una vez en ella, solo nos quedaba seguir este vía
situada entre el cauce del río Jarama reconducido tras la ampliación de las
pistas del aeropuerto y las citadas instalaciones. Una ruta apenas empinada,
donde disfrutan aquellos que les apasiona rodar con la bicicleta y un tanto
monótona para los que estamos acostumbrados a los sinuosos caminos de Arganda,
que suben y bajan sin tregua.
Tras cruzar bajo la carretera que une el pueblo de
Barajas con Paracuellos del Jarama, la M-111, la ruta continúa en la misma dirección.
Ahí el pelotón estaba dividido en dos grupos, los de delante tirando del grupo y
algunos un tanto retrasados y más lentos, por detrás.
El cauce cementado del arroyo de Valdebebas es el siguiente
lugar reconocible, donde sin pausa continuamos adelante para hacer la reunión tras
cruzar el arroyo de las Zorreras, el que baja por debajo de las pistas del
aeropuerto desde la depuradora de La Moraleja, hasta unirse con el río Jarama.
Unos lo cruzaron por los bloques de cemento y otros sin miedo, directamente por
el agua.
Cruzando el arroyo de las Zorreras
Video: Clavi
En ese lugar la foto de pelotón, un poco de reposo, Antonio de vuelta a casa y el resto a
continuar camino rodeando las pistas del aeropuerto, rumbo Norte.
Pelotón de la jornada
Fotos: Marqués
Foto: Marqués
Poco después hay que cruzar un nuevo cauce, en este
caso el arroyo de la Vega, que pasa por la depuradora EDAR Arroyo de la Vega, del municipio de San
Sebastián de los Reyes, por donde más adelante pasará la ruta.
Cruzamos bajo la M-50, para realizar un corto tramo
de camino río arriba tal y como hiciéramos la primera vez que realizamos esta
etapa, cuando GPS nos enseñó la ruta.
Para girar de nuevo a la izquierda y enfilar hacia arriba hacia el citado municipio
madrileño.
En la única cuesta de la etapa, obviando la subida
del Cristo de Rivas, donde se estiró el pelotón entre risas de alguno y
resoplidos de otros. Dicho camino acaba junto a una gasolinera situada junto a
la A-1, para cruzarla hasta la zona de los centros comerciales denominada Plaza
Norte 2. Tocaba hacer un descanso, unas fotos y sobre todo relajarse para la
vuelta a casa.
Camino del Plaza Norte 2, con las 4 torres al fondo
Foto: Marqués
Casi pelotón en Plaza Norte 2
Foto: Marqués
La vuelta bajando la carretera asfaltada que baja
directamente desde el Plaza Norte 2 a la depuradora EDAR Arroyo de la Vega,
para cruzar bajo un puente y rodear las pistas del aeropuerto en dirección a
nuestro camino de ida.
Es de destacar que no hubo apenas tregua de regreso,
aunque el pelotón volvió a separarse en dos. Por detrás, con un miembro del
grupo algo tocado y otro con la bici de nuevo perjudicada, volvía a perder aire
tal vez por un nuevo pinchazo o quizás por un parche mal colocado. A la altura
de la A-1 casi hubo unificación, aunque por poco no se junto el grupo.
Como se narra, la ruta fue idéntica a la de ida,
salvo para Elevator que evitó la
senda embarrada junto al río y en el Estadio Municipal de San Fernando se dirigió
a la circunvalación del municipio enfilando hacia la carretera del Cristo, sin
volver a pisar tierra en el resto del recorrido.
Los de delante llegaron sin ninguna novedad al Camelot,
quedando uno por el medio y otros dos por detrás a merced de una bici que fue
inflada de aire en numerosas ocasiones para evitar el cambio de la cámara. Quizás
fuera un error, visto lo visto.
El final de un día ventoso, tras los 62 kilómetros recorridos, brindando con unas cerecitas en el citado bar Camelot, lugar habitual de final
de las etapas. Que os voy a contar que no sepáis.
Ruta y resumen
Por Sargento
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