8 de enero de 2012, de nuevo al Rock & Rio

Hubo cambio de horario a última hora, pero casi todo el mundo se dio por enterado. Es posible que alguien se quedara en tierra al salir a las 9:30 h, porque la convocatoria se marcó a las 9:00 h. Ahí nos presentamos 8 Nenazas como campeones, con una nueva incorporación, David. Bienvenido al grupo.

Salimos sin un destino fijo, aunque con la idea de volver al Rock & Rio, lugar de peregrinación del pelotón preferido en las últimas semanas. La bajada tras el Cerro y por las calles hasta la laguna de El Campillo. Alguien sugirió los cortados, pero no tuvo muchos apoyos.

Como otras veces, bordeamos la laguna, cruzamos el puente del tren de Arganda, más conocido como "el de las avispas" y continuamos hacia Arganda. Tras un pequeño tramo por el carril bici en La Poveda, tomamos el atajo por el polígono hasta el hospital. recorriendo un corto tramo de camino paralelo a la via Verde hasta incorporarnos a ella.

Lo siguiente un nuevo pequeño tramo de vía Verde y de la carretera antigua que une Morata con Arganda.

Poco antes de cruzar la A-III, tomamos el camino que sube junto a dicha autovía, un camino que cogemos muy a menudo cuando vamos o venimos de esa dirección, pero que alguno todavía no reconoce demasiado bien.

Pasamos junto al Área recreativa de la Fuente del Valle, eso claro si alguien se fijó en el cartel, porque más de uno hizo recorrido extra al no recordar cómo se subía hacia nuestro destino y tuvo que darse la vuelta para retomar lo ruta.

Al final y en dos grupos, llegamos con facilidad al Rock & Rio, donde hubo platanito, descanso y foto de rigor. Además de un cabreo muy grande de un escopetero que intentaba cazar conejos junto a estas instalaciones y no le debió gustar mucho que pasáramos por una zona donde pretendía levantar algún conejo. ¡Que se jodan!, a estas alturas ya no deben quedar casi conejos.

Pelotón en el Rock & Rio
Foto: Marqués

Para la vuelta, decidimos, bueno decidí, ir hacia la cementera por las canteras de Morata, aunque cruzando de nuevo la carretera entre Morata y Arganda e ir hacia la via Verde para cruzarla bajo el puente metálico y bajar por el Vaaamono.

Por medio, tomamos mal una bifurcación y realizamos una parte nueva entre olivares. Aunque me di cuenta pronto, no hubo oportunidad de dar la vuelta al grupo y preferí seguir adelante porque suponía que acabaríamos en el mismo camino de siempre. Aunque alguno no se lo crea, poco después del error, confirmé que no íbamos por el buen camino por un gran pino entre los olivos que a ciencia cierta sabía que nunca habíamos pasado junto a él.

La reincorporación a la ruta, fue un poco accidentada, el camino se cortaba a escasos 50 metros y había que hacer esa distancia entre tomillos. El de delante a última hora acabó en el suelo, entre risas y alguna foto del personal que iba inmediatamente detrás.

Tras la caída de Lemond
Fotos: Elevator y Marqués

Después y como no podía ser menos, nuestro querido camino Vaaamono, cuesta abajo, con el pelotón estirado y con algunos jinetes a caballo en la zona más baja.

Nos arrejuntamos de nuevo junto a la carretera de Chinchón, y de nuevo nos estiramos.

Parece que la mayor parte del pelotón hizo el mismo camino para subir que hicimos para bajar por el pueblo, pero los dos últimos subimos como siempre por la ruta normal penando por las calles de Rivas.

Al Camelot, y tras unos 50 km, llegamos 7 de los 8 Nenazas, uno hizo retirada y ducha, y aunque pasó en coche junto al Camelot, solo se detuvo un instante a saludar por la ventanilla bajada. Pero para compensar tuvimos varias visitas, Josemari parece que recién levantado, y las familias de algunos del grupo. Ni que decir tiene que aunque a alguno se le calentó el tiesto con el joven camarero, los dos platos de paella, las bravas y los boquerones estuvieron perfectos. 

Pelotón en el Camelot
Foto: Marqués

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